007, licencia renovada


A día de hoy, el autor que más novelas de James Bond ha escrito tras su creador (Ian Fleming) sigue siendo el británico John Gardner: dieciséis títulos, en total, entre 1981 y 1996, que incluyen las novelizaciones de las películas Licencia para matar (1989) y Goldeneye (1995). El resto son historias originales, que expanden la biografía de 007 con nuevas misiones, villanos y compañeros de aventuras.
Oriundo de Northumberland, Inglaterra, donde nació un 20 de noviembre de 1926, John Gardner fue un escritor de novelas de suspense y espionaje, popular por sus recreaciones de personajes ajenos como James Bond o el profesor Moriarty, aunque también concibió un héroe (o antihéroe) propio: Boysie Oakes, alias El Liquidador. Antes de dedicarse a la literatura sirvió en el ejército como comando de la Marina Real, lo que explica esa sensación de verosimilitud que transmite toda su obra y, en especial, las novelas protagonizadas por el agente 007.


Gardner recibió a principios de los ochenta el encargo de escribir nuevas aventuras de James Bond ubicadas cronológicamente tras los eventos de El hombre de la pistola de oro (1965) y Coronel Sun (Robert Markham, 1968). Según la necrológica de Bond escrita por el propio Fleming el agente secreto habría nacido en 1924, lo que conllevaría que en 1980 este tuviese ya 54 años. Por el contrario, Gardner decide mantener al personaje en torno a los cuarenta, sin dar más explicaciones de porqué no ha envejecido ni un día desde su enfrentamiento con Francisco «Paco» Scaramanga. El departamento 00 ya no existe, pese a lo cual Bond sigue trabajando para M en misiones de alto riesgo que implican, en ocasiones, ocuparse de forma expeditiva de alguna amenaza contra el Reino Unido o la paz mundial. El Bond de los ochenta bebe y fuma algo menos que su alter ego clásico, aunque sigue conservando su gusto por la buena vida, las mujeres atractivas y los coches deportivos. Aquí Gardner se permite otra novedad que, en su momento, causó cierto estupor, ya que en sus primeras novelas sobre el personaje este ha cambiado su mítico Bentley Mulsanne turbo por un Saab 9000 plateado sueco, aunque en la cuarta entrega (Misión de honor, 1984) aprovecha una inesperada herencia para adquirir un nuevo Bentley. Quizás sus lectores pensaron que el Saab era demasiado poco británico, en un momento en el que el Bond cinematográfico (interpretado ahora por Roger Moore) se decanta por vehículos de producción nacional, como el Lotus Espirit 1:64 de La espía que me amó (Lewis Gilbert, 1977) que reaparece en Sólo para sus ojos (John Glen, 1981), el mismo año en que se publica la primera novela del Bond de Gardner, Licence renewed (Licencia renovada), donde el agente secreto tiene que enfrentarse a una trama de chantaje nuclear urdida por un terrorista llamado Franco con la ayuda de un científico renegado, Anton Murik.


Una vez establecido el nuevo estatus del personaje, Gardner decide traer de vuelta en las siguientes entregas a viejos adversarios del protagonista, como SPECTRA o Smersh. Así, en For special services (1982) el industrial Markus Bismaquer se presenta como el nuevo líder de la célebre organización terrorista, aunque hacia el final de la novela se descubra que en realidad ese papel corresponde a su esposa Nena, hija secreta de Blofeld. A título anecdótico, a la hora de enfrentarse a la nueva SPECTRA, 007 contará con la inestimable ayuda de Cedar, la sobrina (que no hija) de Felix Leiter. Quizás Gardner pensó que, teniendo en cuenta que Bond y Leiter eran más o menos de la misma edad, resultaría extraño que el agente de la CIA tuviese ya una hija adulta mientras que su homólogo británico permanecía joven y soltero. SPECTRA reaparecería en Misión de honor (1984) y Nadie vive eternamente (1986), ahora bajo el mando del millonario libanés Tamil Rahani mientras que SMERSH tendría un papel más activo en Operación Rompehielos (1984) y, sobre todo, en Muerte en Hong Kong (1987). Sin embargo, tras la publicación de esta última, Gardner decidió imprimirle un nuevo rumbo a la serie.


En 1987 el panorama político europeo era ya muy diferente del que había conocido Fleming. Ahora son los años del glásnost, la Perestroika y la política de distensión, algo que ya se reflejaba en las aventuras del Bond fílmico, donde los soviéticos tenían un papel cada vez más secundario mientras que el rol de villano recae en megalómanos como Karl Stromberg o Hugo Drax. Quizás por ello, en su siguiente novela, Scorpius (1988) el escritor urde una trama relacionada con el tráfico de drogas, las sectas y el control mental, que recuerda (hasta cierto punto) al argumento de Licencia para matar (1989), la segunda película de Timothy Dalton como James Bond, de cuya novelización también se encargó el propio Gardner. En Win, lose or die (1989) introduce una nueva organización terrorista llamada BAST con un más que razonable parecido a Al Qaeda o al posterior ISIS, mientras que en Brokenclaw (1990) la amenaza proviene de la China comunista, en lo que no deja de ser un guiño al nuevo orden mundial que se está forjando a finales del siglo XX, en el que nuevas potencias van tomando el relevo de los adversarios tradicionales de occidente. De hecho, su siguiente novela, The man from Barbarrossa (1991) está directamente inspirada en acontecimientos contemporáneos a la fecha en que fue escrita. Tomando como punto de partida la invasión alemana de Rusia en 1941 (la operación Barbarroja a la que alude el título), el autor especula sobre la intervención rusa en la primera guerra del Golfo, con el implacable general Yevgeny Yuskovich como antagonista de Bond.
Death is Forever (1992) marca una nueva etapa dentro de las aventuras del agente británico, ya que es la primera novela escrita tras el derrumbe de la antigua URSS y una de las favoritas del autor, que está empezando a encontrar su propio camino entre el legado de Fleming y la influencia del Bond cinematográfico. A partir de aquí, las historias de Gardner se inspirarán más en la actualidad que nunca, un cambio que agradó a algunos lectores, pero disgustó a otros, los más tradicionales y conservadores. Así, en Never send flowers (1993) el villano de turno es un asesino en serie que imita al malvado Zaroff, mientras que en Seafire el leitmotiv de la historia son las mafias internacionales del tráfico de armas, ejemplificadas en la figura del aristocrático Sir Maxwell Tarn. A más inri, a partir de esta novela Bond ya no responde directamente ante M, con lo que desaparece una de las últimas referencias a la vieja sección 00. En su última contribución a la saga (Cold Fall, 1996) Gardner retoma un argumento similar al de la segunda película de la era Dalton, ya que Bond se embarca en una misión de venganza para resolver el asesinato de una antigua amante, Sukie Tempesta (vista en Nadie vive eternamente, 1986), a la vez que tiene que enfrentarse a una nueva organización terrorista llamada COLD. Cold Fall cierra la etapa de Gardner como cronista de las nuevas aventuras del agente 007, sin olvidar las novelizaciones de Licencia para matar (1989) y Goldeneye (1995), esta última perteneciente ya a la era Brosnan, que inauguraba a su vez un nuevo rumbo en la biografía del personaje, no tan radical como el de Daniel Craig, pero no menos trascendente.


Con sus más y sus menos, el trabajo de Gardner es bastante estimable. Se trata este (como ya dijimos) del autor que más aventuras ha escrito del espía británico, después de su creador, haciendo un loable esfuerzo por adaptarlo a los nuevos tiempos a la vez que respetaba su esencia, pese a lo cual su Bond no parece tan sofisticado como el original, mientras que a veces tiene que forzar mucho la trama para justificar algunas de las decisiones que toma el personaje en aras de mantener su reputación de don Juan invencible. Pese a todo, insisto, sus novelas se dejan leer y con el tiempo han adquirido un cierto interés nostálgico que las acerca a las originales de Ian Fleming, en especial las de la primera época, cuando el ya ex-007 seguía enfrentándose a viejos adversarios como Smersh o SPECTRA.


Curiosamente, ninguna de las novelas de Gardner ha sido adaptada al cine, aunque su influencia puede rastrearse en algunas películas de la era Moore, de Timothy Dalton e, incluso, de Pierce Brosnan, como la lucha a bordo del dirigible en Misión de honor (1984) replicada en Panorama para matar (1985); las similitudes entre el argumento de Scorpius (1988), Licencia para matar (1989) y Cold Fall (1996); o las referencias a The man from Barbarrossa (1991) que se pueden encontrar en Goldeneye (1995), ambientada también en la Rusia post-soviética. Escenas aisladas que, como en el caso de Coronel Sun (1968) han ayudado a construir el argumento de películas posteriores del personaje, estrechando así los lazos entre el Bond literario y su alter ego cinematográfico. Tras Gardner, ha sido el turno de Raymond Benson, Sebastian Faulks, Jeffery Deaver, William Boyd y Anthony Horowitz de prolongar sobre el papel las andanzas del más famoso de los agentes secretos al servicio de su Majestad, aunque sin el mismo éxito, o permanencia, que el autor que ahora nos ocupa. Gardner falleció víctima de una insuficiencia cardiaca en 2007, poco después de que la franquicia se resetease de la mano de Daniel Craig el cual encarna a un nuevo Bond para una nueva era que, no obstante, en Skyfall (2012) y Spectre (2015) se revela como más clásico y nostálgico que sus predecesores. Tal vez algún día podamos disfrutar por fin de una edición completa y ordenada de las novelas de 007 escritas por John Gardner, pero entretanto sirvan estas breves líneas como cumplido homenaje a un autor que supo hacer su trabajo lo mejor que pudo, e incluso mejor aún de lo que nadie esperaba. Que no es poco.



Bibliografía:

1. Licence renewed (1981).
2. For special services (1982).
3. Operación Rompehielos, Grijalbo (1984).
4. Misión de Honor, Girjalbo (1984).
5. Nadie vive eternamente, Grijalbo (1986).
6. Muerte en Hong Kong, Grijalbo(1987).
7. Scorpius Planeta (1988).
8. Win, lose or die (1989).
9. Brokenklaw (1990).
10. The man from Barbarossa (1991).
11. Death is Forever (1992).
12. Never send flowers (1993).
13. Seafire (1994).
14. Cold Fall (1996).

Novelizaciones:

1. Licencia para matar (1989).
2. Goldeneye (1995).

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