Diario de Carcosa /11


Entrada #36 (28/05/2017)

Hoy ha pasado algo extraño, terrible, inquietante. Al levantarme he visto que tenía un mensaje en la bandeja de entrada, de parte del club social Carcosa. Cuál no sería mi sorpresa cuando al hacer doble click sobre el enlace me encontré con mi nombre en primera línea:
"Hola, Andrea. Gracias por ponerte en contacto con nosotros. Estábamos deseando hablar contigo".
La madre que me parió. ¿Cómo lo habían sabido? Me había inventado una identidad nueva, una dirección de correo electrónico nueva, e incluso había utilizado el sistema Tor para navegar anónimamente por la red profunda mientras realizaba todas las gestiones necesarias. Y ahí tenía la respuesta, no a nombre de Lara Weston sino al mío propio, y en mi propia bandeja de entrada. ¿Acaso mi cerebro me había jugado alguna mala pasada? Pero no, ahí estaba el correo de GMX, en la bandeja de salida, con el correspondiente icono de recibido y leído. Por un momento se me ocurrió la idea de consultar con un colega informático, pero tendría que darle demasiadas explicaciones, algunas de las cuales harían que llamase a mi médico particular apenas me colgase el teléfono.
"Gracias por ponerte en contacto con nosotros". La frase parecía normal y, sin embargo, tenía a la vez algo de inquietante. ¿Quienes eran "Nosotros"? ¿Por qué esperaban que me pusiese en contacto con ellos? Y, sobre todo, ¿de qué deseaban hablar conmigo? El mensaje no incluía nada más excepto un código de ocho números y letras acompañados de la inscripción: "Contraseña de invitado. Válida para un único uso".

(Continuará)

© Alejandro Caveda (Todos los derechos reservados).
Este relato ha sido registrado en Safe Creative (Registro de la propiedad intelectual) de forma previa a su publicación en el Zoco.

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