El ocaso del Orden Estelar

Acabo de recibir el último número de la colección de El Orden Estelar, de Robel, a la cual estaba suscrito. A la lógica alegría por haber podido leer por fin la serie completa, ordenada y revisada por el autor se une una extraña sensación de melancolía porque ahora sí, se ha terminado, y como dicen en los dibujos animados de la Warner, eso es todo, amigos.

Aun recuerdo la primera vez que leí una novela del Orden Estelar de A. Thorkent; o más bien, para ser sinceros, del Imperio, ya que se trataba de “Esclavo del Imperio”, aparecida en la mítica colección La Conquista del Espacio de la extinta Bruguera. Me gustó, pero no le di más importancia hasta que leí varias novelas más del autor y me di cuenta de que ahí había una serie, con unos personajes comunes y un telón de fondo espacio-temporal más ambicioso aun. Desde entonces, recopilar todas aquellas novelitas de a duro (que por entonces ya costaban 25 pesetas) se convirtió en mi obsesión personal. Afortunadamente, no faltaban kioscos y librerías (como la entrañable Zapico) donde podías cambiar este tipo de novelas por otras, y yo pronto me acostumbre a apartar las de Thorkent cuando las encontraba.

Ordenarlas fue más difícil, aunque nuevamente ND acudió en mi ayuda. En el número 102 (Julio del 78) apareció un artículo del excelso Cidoncha titulado A. Thorkent y la caída del Imperio Galáctico donde el buen doctor de la CF española proponía un esbozo de cronología de la serie; con la fortuna de que en el número 113 el mismo Quesada contestó a Cidoncha con otro artículo, Sobre la caída del Imperio Galáctico, que terminaba de rellenar los huecos pendientes. Listo, ya solo me quedaban conseguir todas las novelas.

Nuevamente tuve suerte: Ediciones B, la heredera de Bruguera, publicó a mediados de los 90 cuatro volúmenes recopilatorios dedicados al Orden estelar, cada uno de los cuales incluía a su vez cuatro novelitas. Los volúmenes venían acompañados de un nuevo prólogo de Miquel Barceló, en el cual actualizaba la cronología propuesta por Cidoncha. Por desgracia, esta edición, aunque correcta y ordenada, solo recuperaba los episodios protagonizados directamente por Adan y Alice Cooper, dejando de lado el resto de títulos. Sin embargo, la iniciativa no se prolongó más allá de los antedichos cuatro volúmenes.

Robel ha logrado publicar la edición definitiva de la serie, recuperando todos los títulos, ordenándolos cronológicamente, revisados por el autor, e incluso han rescatado episodios inéditos que completan la trama, como “Los Guerreros del Tiempo”, o “La Odisea del Silente”. Es una colección impecable, y tal vez solo les quede redondearla reeditándola algún día en formato de lujo para coleccionistas sibaritas, pero… que quieren, ahora que ya la tengo completa y leída, siento que me falta algo. Pensar que ya no habrá más historias del Orden Estelar, que ya está todo escrito, publicado, comprado y leído me llena de una extraña nostalgia. Había algo masoquistamente divertido en buscar esas novelitas por rastros y librerías de viejo para a continuación intentar ordenarlas y, cada cierto tiempo, releerlas y soñar que podías viajar con Adan Villagran y Alice Cooper a bordo del Silente, en busca de Mundos Olvidados que rescatar de la barbarie tras la caída del decadente Imperio Galáctico. Y es que en el fondo, los aficionados nunca estamos contentos.