Star Trek 2009
Tras un largo periodo de espera el pasado viernes 8 tuvo por fin lugar el estreno mundial de Star Trek 2009, la onceava (o primera, depende de como se mire) película de la saga estelar rodada por el todoterreno J.J. Abrams. Ninguna otra entrega de la franquicia había despertado una expectación semejante desde el estreno de Star Trek: la película en 1978, y gran parte de dicho interés se debe, sin duda, a la mano del propio Adams, responsable de otras series y filmes de éxito como Alias, Perdidos, Misión Imposible III o Monstruoso. A excepción de Robert Wise en 1978, el resto de directores y guionistas de la saga eran gente de la casa, con una idea muy marcada de como debía ser una película de Star Trek y un escrupuloso respeto por las ideas de Gene Roddenberry. Por eso, sin ser malas películas, todas las entregas de Star Trek desde La ira de Khan han tenido ese tufillo a episodio televisivo hipertrofiado sólo aptos para freakies de la saga. Abrams, por el contrario, viene de fuera; es un amante del universo trekkie que, no obstante, no se siente constreñido por la herencia de Roddenberry y tiene la osadía de revisar su Star Trek clásico rescatando su esencia al tiempo que hace borrón y cuenta nueva para sentar un nuevo comienzo para la saga galáctica más famosa de la galaxias (con permiso de George Lucas). En efecto, el Star Trek 2009 de Abrams funciona como una precuela o Episodio 0 que nos narra el origen mismo de la serie clásica, la historia jamás contada de la infancia y juventud de James T. Kirk y Mr. Spock, así como ambos se conocieron y acabaron sirviendo juntos en la flota estelar a bordo de la USS Enterprise. Sin embargo, este nuevo Star Trek no es el que los aficionados de toda la vida conocen desde aquel lejano año 1966. Como bien dice Spock durante el filme, al retroceder en el tiempo y atacar a la Federación Nero ha cambiado no sólo el pasado sino también el futuro, creando una nueva realidad alternativa en la que las cosas son sutílmente diferentes con respecto a la serie original y las películas posteriores. En esta nueva corriente temporal James Kirk nunca conoció a su padre; el planeta Vulcano ha sido destruido y sus escasos habitantes se han convertido en una especie en peligro de extinción; la madre de Spock ha muerto; Kirk ha ascendido más rápido y los acontecimientos del episodio clásico The Cage nunca han tenido lugar. Por otro lado Spock parece más humano y temperamental, e incluso mantiene una soterrada relación sentimental con la teniente Uhura.
Los viajes en el tiempo y las alteraciones temporales no son nada nuevo en el universo trekkie, sin embargo lo normal es que al terminar la historia los protagonistas hayan solucionado el desajuste y todo vuelva a su status quo original. Por el contrario, en este Star Trek 2009 de Abrams la derrota final de Nero no soluciona el problema sino que las alteraciones persisten aunque los protagonistas no son conscientes de ello, salvo por Leonard Nimoy; el Spock del futuro, que viaja atrás en el tiempo con Nero a través de la anomalía y se convierte así en un testigo de excepción, el único que recuerda como fueron las cosas y manipula los acontecimientos para que la nueva linea temporal sea lo más parecida posible a la antigua que tan sólo él conoce. Nimoy pone el adecuado toque de nostalgia a una trama adrenalínica que por lo demás apenas da tregua al espectador, con escenas y situaciones a cual más espectaculares. La película merece un sobresaliente redondo en casi todos los apartados (guión, efectos especiales, interpretaciones, desenlace, etc.) y me permito destacar especialmente a un Eric Bana casi irreconocible que da vida con especial intensidad a uno de los villanos más carismáticos (y trágicos) de la saga desde Ricardo Montalbán. Abrams puede presumir pues de haber rescatado la esencia del Star Trek más clásico al tiempo que reseteaba la franquicia y establecía un nuevo punto de partida para las aventuras de la tripulación original de la Enterprise, aunque sin lidiar con el lastre de la sacrosanta continuidad establecida a lo largo de más de tres décadas por el propio Roddenberry y sus sucesores. Para bien o para mal, este Star Trek es de Abrams, y lo que este haga con él a partir de ahora dependerá en buena medida de la opinión de los espectadores y aficionados de toda la vida. Sin embargo, vista la positiva respuesta hasta la fecha de crítica y público, no es descabellado suponer que en el futuro tengamos nuevas ocasiones de viajar en compañía de Spock, Kirk, Bones y el resto de la tripulación de la Enterprise allí donde nadie ha llegado antes. Beam me up, Scotty!
Comentarios
Una cosa, Nicholas Meyer (el director de Star Trek II y VI y coguionista de IV) no era un "hombre de la casa". Al contrario, venía de fuera y su conocimiento del universo Trek era, según reconocimiento propio, poco más que un par de orejas puntiagudas y la idea de Horatio Hornblower en el espacio.
Eso no le impidió ser el director que hizo las mejores (o cuando menos las más entretenidas y, en ocasiones, las más divertidas) películas de Star Trek hasta ahora. De hecho, el repato original se encontraba muy a gusto ocn Meyer y le encantaba trabajar con él.
Es una muy buena cinta de Ciencia ficción, y una "continuación" más que digna de la saga clásica. Ojalá sigan por ese camino. El reparto maravilloso, salvo Simon Pegg, que aunque como actor me encanta....no le ví tan encajado haciendo de Scotty como al resto.
Yo también me lo pasé como los enanos desde el primer fotograma hasta el final, de hecho, me hubiese quedado a verla por 2ª vez. Pena que no coincidimos en la misma sesión o hubieramos podido intercambiar impresiones tomando algo :) Intentaré dejarme caer este viernes de visita x allí.
Salu2
Gracias por la corrección, si te fijar verás ya lo he puesto bien. Veo que rudy y tu sois grandes fans de las cintas de Star Trek de Meyer, yo personalmente guardo muy buen recuerdo de La ira de Khan, el resto eran entretenidas pero me reafirmo en ese tufillo de episodio televisivo hiperextendido, sobre todo las de TNG. El mérito de Abrams es haber reseteado la franquicia para todos los públicos, trekkies o no.
También coincido en tu apreciación sobre Simon Pegg, es un gran actor que se sale en películas como "Zombies Party" o "Arma fatal", pero aquí parece un poco perdido. De todas formas, no deja de ser un episodio 1, así que es de esperar que en próximas entregas de Star Trek pueda lucir como nos tiene acostumbrados. Un abrazo y hasta pronto ;)