La sombra del III Reich

Corre, Shosanna, corre

Algo tiene el tercer Reich que nos fascina. Incluso muchos años después del final de la segunda guerra mundial, el ascenso y caída de la Alemania nazi han inspirado infinidad de libros, novelas, cómics, documentales y películas al respecto. Hay quien habla de un glamour siniestro, de un fetichismo soterrado relacionado con todo lo que tiene que ver con la parafernalia del régimen (los uniformes, los desfiles, los actos públicos, las victorias militares, etc.), e incluso de una cierta fascinación por los aspectos más esotéricos y extravagantes del nacionalsocialismo, como la búsqueda de Santo Grial o del mítico reino de Agartha, aunque la mayoría de escritores e investigadores prefieren abordarlo en términos de memoria histórica: uno de esos errores del pasado que nunca se deben de olvidar a fin de que no vuelvan a repetirse. Sea por estos u otros motivos, no cabe duda de que la sombra del tercer Reich es alargada, y ha dado pie a numerosas historias, algunas más fantásticas, otras más sobrecogedoras, pero siempre interesantes.

Portero de noche

Quizás una de las novelas que mejor ha reflejado el vértigo y la atmósfera enloquecida de aquella época sea La reina de la noche (1977), del escritor norteamericano Marc Behm, uno de los puntales del moderno neo-noir, que nos introduce en los orígenes y los entresijos del partido a través del punto de vista de una humilde joven alemana que empieza relacionándose con las SA y va ascendiendo en el escalafón hasta terminar al mando de un campo de concentración en la Europa del Este. Mezcla de realidad y ficción, la novela no escatima escenas de fuerte contenido erótico, un poco en la línea de la polémica película Portero de noche (1974) de la realizadora italiana Liliana Cavani, protagonizada por Dirk Bogarde y Charlotte Rampling como la ex prisionera que todavía se siente atraída, de forma algo perversa, por su antiguo captor; o la serie de cómic Hessa, publicada también en Italia entre 1970 y 1972, cuya protagonista es una atractiva oficial de las SS que no tiene reparos en utilizar su físico como arma para seducir y manipular a sus adversarios. Títulos todos ellos que pueden responder a ese fetichismo sexual asociado no pocas veces al nazismo (y al que Warren Ellis alude, de pasada, en Planetary), aunque no estén exentos de una cierta mirada crítica y desmitificadora.
En general, estamos acostumbrados a que los nazis sean los villanos de la historia, ya sea en pantalla o sobre el papel. Las películas de Indiana Jones no serían las mismas sin personajes como el inspector Toht o los oficiales Dietrich y Vogel. Asimismo, el éxito del aventurero creado por George Lucas y Steven Spielberg propició a su vez que se rodasen películas similares, como la versión Cannon de Las minas del rey Salomón (1985), Rocketeer (1991), el primer Hellboy (2004), El monje (2011) o la más reciente Overlord (2018). Por no hablar de los hermanos Gruber, Hans y Simon, de la película La jungla de cristal (1988) y su tercera secuela (Jungla de cristal: la venganza, 1995), aunque en este caso estén más afiliados a la antigua República Democrática que a la Alemania nazi.

Hellboy vs las fuerzas del Eje

Claro que Hellboy era la adaptación cinematográfica del cómic del mismo título, creado en 1994 por el artista Mike Mignola, aunque hay que reconocer que Guillermo del Toro realizó una labor excepcional a la hora de trasladar al personaje a la gran pantalla. Como detalle anecdótico, en el reboot de 2019 se mantiene la conexión nazi para explicar el origen del personaje, aunque luego la película discurra por otros derroteros.
Ciertamente Hellboy (Y el Bogavante Johnson) no han sido los únicos héroes del cómic que han tenido que enfrentarse al tercer Reich y sus ejércitos. Desde el Capitán América original a los Invasores, pasando por el sargento Furia y sus comandos aulladores, o sus contrapartidas de la DC Cómics (el sargento Rock y la JSA), no pocos personajes del mundo de las viñetas han combatido a la Alemania nazi y sus herederos, como Hydra, IMA y el Imperio Secreto. De hecho, Hydra ha tenido un papel fundamental dentro del UCM, en especial en la trilogía cinematográfica del Capitán América, al igual que en series de televisión como Agente Cárter o Agentes de SHIELD. En un artículo anterior ya analizamos las raíces neonazis de Hydra, por lo que poco más cabe añadir aquí, salvo que en su momento Stan Lee y Jack Kirby la concibieron como la réplica Marvel de la Spectra de las novelas y películas protagonizadas por el agente 007, aunque la copia haya acabado superando al original y a día de hoy Hydra sea mucho más conocida (y temida) que el sindicato del crimen fundado en 1961 por Ernst Stavro Bloefeld. Para el recuerdo, ahí quedan historias como la trilogía del Capitán América de Jim Steranko (1969); la película de El soldado de invierno (2015); la saga del Capi Hydra de Nick Spencer (2016); o el crossover Imperio Secreto de 2017. En el mundo del cómic no faltan tampoco visiones más mundanas y humorísticas de la guerra, como las tiras cómicas de prensa Sturmtruppen creadas en 1968 por el artista italiano Franco Bonvicini, más conocido como Bonvi, e incluso un personaje tan pulp como La Sombra (The Shadow) llegó a intervenir en el conflicto, tal y como nos revelan Dennis O’Neil y Mike Kaluta en la novela gráfica 1941: el astrólogo de Hitler, de 1988. De hecho, el esoterismo nazi ha inspirado algunas de las mejores historias de terror relacionadas con el Tercer Reich, como Hijos del crepúsculo, de J. Berliner y G. Guthridge (premio Stoker del 2000); El necronomicon nazi de Vicente Álvarez (2007), o la segunda entrega de Cárter & Lovecraft, de Jonathan L. Howard (2018).

Abra bien la boca, por favor

Otros autores, por su parte, han preferido ir más allá de 1945 y de los juicios de Nuremberg, y especular abiertamente sobre la herencia del nazismo o, incluso, sobre la posibilidad de que este haya sobrevivido en la sombra y se esté preparando para resurgir aún a día de hoy. El protagonista de Odessa (Frederick Forsyth, 1972) persigue, por motivos personales, a un antiguo criminal de guerra nazi, al igual que los protagonistas de El río de la muerte (1981) de Alistair MacLean (sí, el autor de la célebre Los cañones de Navarone), cuya búsqueda les lleva a los rincones más inexplorados del Amazonas, en una historia que Steve Englehart recicló sin tapujos para varios episodios de Shang Chi, Master of Kung-Fu. MacLean es autor, asimismo, de La isla del oso (1971), novela que inspiró la película del mismo título de 1979, protagonizada por Donald Sutherland, en la que unos antiguos SS intentan recuperar un cargamento de oro de un U-boat hundido en una remota isla del océano ártico. Por el contrario, los villanos de Marathon Man (William Goldman, 1974), lejos de esconderse, deambulan libremente por Europa y los EEUU. Al fin y al cabo, sin el uniforme y vestidos de paisano no dejan de ser individuos cualquiera, vulgares y corrientes, aunque con una notable capacidad para ejercer el mal, como el Dr. Christian Szell, interpretado por el siempre magistral sir Laurence Olivier. ¿Quién no se ha sentido incómodo en el sillón del dentista después de ver la exhaustiva revisión de muelas a la que es sometido el pobre e indefenso Dustin Hoffman?

El auténtico rostro del Mal

Curiosamente, Olivier interpretaría poco después al cazanazis Ezra Lieberman en la adaptación cinematográfica de la novela Los niños del Brasil (1975), del escritor estadounidense Ira Levin, donde se planteaba la posibilidad de que el Dr. Menguele, un experto genetista, hubiese creado varios clones de Adolf Hitler y los hubiese repartido por diversas localidades de Europa y Norteamérica, en un esfuerzo por reproducir su infancia y juventud y crear así otro Führer. La intervención de Lieberman frustra el proyecto, aunque al final los clones sobreviven y el autor deja abierta la posibilidad de que alguno de ellos crezca para convertirse en una réplica del donante original. Curiosamente, hay un personaje Marvel (El Aborrecedor) que parte de una premisa similar, ya que se supone que es un clon de Hitler creado por el Dr. Armin Zola durante los últimos días de la guerra. Más contenido en su argumento, el periodista y escritor Irving Wallace juega con la posibilidad de que Hitler hubiese fingido su propia muerte y hubiese permanecido escondido en Berlín, a la vista de todo el mundo, bajo otra personalidad y usando como refugio los bunkeres construidos en secreto por los nazis bajo el suelo de la ciudad durante los últimos años de la guerra, tal y como se narra en El séptimo secreto, publicada en 1985, cuando el tercer Reich volvía a estar de moda gracias al éxito de las películas de Indiana Jones y similares.

Iron Sky: el Reich contraataca

Hasta aquí hablamos de planes secretos e historias ocultas, pero no muy diferentes de la que hemos conocido. Sin embargo, en 1962 Philip K. Dick abrió el melón de las historias alternativas al publicar El hombre en el castillo, crónica de un mundo imaginario en el que las potencias del Eje habrían ganado la segunda guerra mundial, y Alemania y Japón se habían repartido los Estados Unidos. Un poco en la misma línea cabe destacar la novela SS-GB (1976), del escritor británico Len Deighton, ambientada en una Inglaterra que se ha rendido ante los bombardeos alemanes y ha sido ocupada por las tropas del Tercer Reich. Robert Harris va aún más lejos en Patria (1992), al imaginarse un 1964 alternativo al oficial en el que Alemania ha derrotado a Francia, Inglaterra y la URSS, y se ha convertido en una superpotencia que rivaliza con los propios Estados Unidos por el dominio mundial. Pero sin duda, una de las ideas más brillantes (y disparatada) sea la película Iron Sky (2012) de Timo Vuerensola, donde el director de Jeepers Creepers: Reborn (2022) plantea que el Reich ha sobrevivido en una base lunar secreta, y llegado el año 2018 se disponen a regresar a la Tierra para terminar de esclavizar a la raza humana. Irreverente, divertida, y deliciosamente Steampunk, Iron Sky ha generado varias secuelas igual de disparatadas (y divertidas) que la primera entrega. Claro que Vuerensola no ha sido el primero en tomarse a risa al Tercer Reich: para el recuerdo quedan clásicos como El gran dictador (1940) de Charlie Chaplin, Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942) o Top Secret (1984), de la factoría Zucker & Abrahams. Sin embargo, si hay alguien que haya llevado al extremo su obsesión por matar a Hitler, ese ha sido Quentin Tarantino con su particular revisión de la historia que supone Malditos bastardos (2009). Y no, Hitler no murió asesinado en un cine de Francia (aunque hoy día la gente tiende a creerse todo lo que ve en pantalla) si bien es cierto que no poca gente intentó liquidar al Führer antes de tiempo, como Nick Fury en varios episodios de la etapa clásica de John Byrne al frente de los 4F, o los protagonistas de las películas Siete minutos para morir (1989) (y su remake del 2015, 13 minutos para matar a Hitler) y El hombre que mató a Hitler y después al Bigfoot (2018); aunque si hay alguien que de verdad estuvo a punto de conseguirlo fue el coronel Claus von Stauffenberg, cuya fracasada conspiración se narra en Valkiria, una película de 2008 rodada por el siempre interesante Brian Singer y con Tom Cruise en el papel principal. Al menos, siempre nos quedará el consuelo de que Tarantino hizo realidad (en la ficción) el sueño de muchos de sus frustrados predecesores.

Miscelánea:

- El hombre en el castillo. Philip K. Dick (1962).
- Hessa (1970-1972).
- La isla del oso. Alistair MacLean (1971).
- Odessa. Frederick Forsyth (1972).
- Portero de noche. Liliana Cavani (1974).
- Maratón Man. William Goldman (1974).
- Los niños del Brasil. Ira Levin (1975).
- SS-GB. Len Deighton (1976).
- La reina de la noche. Marc Bloch (1977).
- En busca del arca perdida. (1981).
- El rio de la muerte. Alistair MacLean (1981).
- El séptimo secreto. Irving Wallace (1985).
- La jungla de cristal (1988).
- La Sombra, 1941: el astrólogo de Hitler (1988).
- Indiana Jones y la última cruzada (1989).
- Siete minutos para morir (1989).
- Rocketeer (1991).
- Patria. Robert Harris (1992).
- La Jungla III (1995).
- Verano de corrupción (1998).
- Hellboy. Mike Mignola & Guillermo del Toro (2004).
- Malditos bastardos (2009).
- El monje (2011).
- Iron Sky. Timo Vuorensola (2012).
- Capitán América: el Soldado de Invierno. Anthony y Joe Russo (2015).
- Trece minutos para matar a Hitler (2015).
- El hombre que mató a Hitler y después al Bigfoot (2018).
- Overlord (2018).

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