Eragon
Los Jinetes del Dragón fueron los defensores de la paz y la justicia en la antigua tierra de Alagaësia durante generaciones hasta que uno de ellos - Galbatorix - los traicionó y exterminó para convertirse en un tirano que ha gobernado Alagaësia sin más oposición que la de un pequeño grupo de rebeldes conocidos como los vardenos.
Tras varios años de cruel reinado un joven campesino, Eragon, encuentra un huevo de dragón y tras eclosionar este se convierte en un nuevo Jinete del Dragón, el elegido que habrá de derrotar a Galbatorix y devolver la libertad a las gentes de Alagaësia. Tras ser entrenado por Brom - el último de los antiguos Jinetes todavía vivo - Eragon decide reunirse con los rebeldes para abrazar su causa y combatir a Galbatorix, pero antes deberá enfrentarse a la mano derecha de este: un siniestro brujo llamado Durza.
Este es a grandes rasgos el argumento de la película Eragon, basada en el best seller de Christopher Paolini, escrito en 1988 cuando el autor tenía tan solo 15 años y que a sus 23 actuales le ha proporcionado fama y fortuna.
Eragon bebe de muchas fuentes. Hay quien la ha definido como un cruce entre las Crónicas de Narnia (por la ambientación y la espectacularidad de las batallas) y la serie de Harry Potter (debido a los poderes mágicos del propio Eragon). Sin embargo, su protagonista, el actor Edward Speelers, considera que tanto la novela como la película deben mucho a la trilogía del Señor de los Anillos de Tolkien, y yo añadiría a título personal que también hay una más que evidente influencia de la saga galáctica de George Lucas. Probablemente opinarán que me dejo llevar por mis propios gustos y encuentro en la película paralelismos que no existen, pero permitanme resumirles de nuevo el argumento de una forma diferente:
Todo el background relativo a los Jinetes de Dragón y la toma del poder de Galbatorix recuerda muchísimo a los Caballeros Jedi de Lucas, la traición de Vader y la ascensión de Palpatine. Sigamos. El joven Eragon es un campesino huérfano de origen desconocido y misterioso que vive con su tío (¿no les recuerda eso a Luke Skywalker?) hasta que recibe una llamada de socorro de una hermosa princesa elfa llamada Arya (o Leia, tanto da) y descubre que su destino es convertirse en un nuevo Caballero Jedi... Perdón, Jinete de Dragón. Para ello es entrenado por el último de los Jedis... estooo, de los Jinetes (interpretado por el gran actor Jeremy Irons el cual, irónicamente, ya había encarnado al malo de la película Dungeons & Dragons) el cual le enseña a cabalgar al dragón y manejar la Fuerza, quiero decir, sus poderes mágicos latentes.
Una vez entrenado Eragon decide hacer un alto camino de reunirse con los vardenos para rescatar a la princesa Arya de una fortaleza inexpugnable (¿Les suena?) donde está retenida por el malvado Durza (o sease, Robert Carlyle en uno de esos papeles de villano que parece que últimamente le encantan) el cual intenta sonsacarle la localización de la base rebelde, quiero decir del escondite de los vardenos. Eragon logra rescatar a la princesa aunque por el camino pierde a Kenobi (o sease, Brom) y guía inconscientemente a Durza (que es una especie de cruce entre el conde Drácula y el conde Dooku) hasta el campamento rebelde. Batalla final, títulos de crédito, fanfarria de John Williams y fin de la primera parte.
Entiendanme, no es que con este análisis le quiera restar méritos a su autor (publicar una novela a los 15 años y conseguir que a los 23 se convierta en una superproducción cinematográfica es toda una hazaña que mucha gente, yo incluido, no ha sido capaz de conseguir y mataría por hacerlo), pero quieras que no Paolini la escribió muy joven y eso se nota. Las influencias y homenajes son muy evidentes, y la novela tiende a ser quizás demasiado simple, lineal y maniquea (aunque justo es decir que el guión cinematográfico pule muchos de estos defectos de estilo de autor primerizo).
Ya ha aparecido en las librerías la segunda parte de la trilogía, Eldest, y está prevista una tercera entrega cuyo título provisional hasta la fecha es Empire pero de la cual no se sabe nada aun a ciencia cierta. En todo caso, no cabe duda de que el éxito de la película (que lo está teniendo, y es lógico) ayudará a su vez a las ventas de los libros y viceversa.
Para terminar y no extenderme más: creo que la claves del éxito de Eragon están es que es una película para todos los públicos (que no necesariamente infantil), entretenida y fácil de ver, con un cierto espíritu épico, héroes de una sola pieza enfrentados a odiosos villanos, y una combinación de ingredientes tales como magia, aventura, humor, amor, amistad y drama lo bastante acertada como para mantener al respetable pendiente de cada fotograma. Si a eso añadimos esas referencias o paralelismos con éxitos recientes del cine y la literatura fantástica y de ciencia ficción podremos acabar de entender las claves de esta película que está llamada a convertirse en uno de los fenómenos de moda, amenazando el podio del mismísimo Harry Potter.
Tras varios años de cruel reinado un joven campesino, Eragon, encuentra un huevo de dragón y tras eclosionar este se convierte en un nuevo Jinete del Dragón, el elegido que habrá de derrotar a Galbatorix y devolver la libertad a las gentes de Alagaësia. Tras ser entrenado por Brom - el último de los antiguos Jinetes todavía vivo - Eragon decide reunirse con los rebeldes para abrazar su causa y combatir a Galbatorix, pero antes deberá enfrentarse a la mano derecha de este: un siniestro brujo llamado Durza.
Este es a grandes rasgos el argumento de la película Eragon, basada en el best seller de Christopher Paolini, escrito en 1988 cuando el autor tenía tan solo 15 años y que a sus 23 actuales le ha proporcionado fama y fortuna.
Eragon bebe de muchas fuentes. Hay quien la ha definido como un cruce entre las Crónicas de Narnia (por la ambientación y la espectacularidad de las batallas) y la serie de Harry Potter (debido a los poderes mágicos del propio Eragon). Sin embargo, su protagonista, el actor Edward Speelers, considera que tanto la novela como la película deben mucho a la trilogía del Señor de los Anillos de Tolkien, y yo añadiría a título personal que también hay una más que evidente influencia de la saga galáctica de George Lucas. Probablemente opinarán que me dejo llevar por mis propios gustos y encuentro en la película paralelismos que no existen, pero permitanme resumirles de nuevo el argumento de una forma diferente:
Todo el background relativo a los Jinetes de Dragón y la toma del poder de Galbatorix recuerda muchísimo a los Caballeros Jedi de Lucas, la traición de Vader y la ascensión de Palpatine. Sigamos. El joven Eragon es un campesino huérfano de origen desconocido y misterioso que vive con su tío (¿no les recuerda eso a Luke Skywalker?) hasta que recibe una llamada de socorro de una hermosa princesa elfa llamada Arya (o Leia, tanto da) y descubre que su destino es convertirse en un nuevo Caballero Jedi... Perdón, Jinete de Dragón. Para ello es entrenado por el último de los Jedis... estooo, de los Jinetes (interpretado por el gran actor Jeremy Irons el cual, irónicamente, ya había encarnado al malo de la película Dungeons & Dragons) el cual le enseña a cabalgar al dragón y manejar la Fuerza, quiero decir, sus poderes mágicos latentes.
Una vez entrenado Eragon decide hacer un alto camino de reunirse con los vardenos para rescatar a la princesa Arya de una fortaleza inexpugnable (¿Les suena?) donde está retenida por el malvado Durza (o sease, Robert Carlyle en uno de esos papeles de villano que parece que últimamente le encantan) el cual intenta sonsacarle la localización de la base rebelde, quiero decir del escondite de los vardenos. Eragon logra rescatar a la princesa aunque por el camino pierde a Kenobi (o sease, Brom) y guía inconscientemente a Durza (que es una especie de cruce entre el conde Drácula y el conde Dooku) hasta el campamento rebelde. Batalla final, títulos de crédito, fanfarria de John Williams y fin de la primera parte.
Entiendanme, no es que con este análisis le quiera restar méritos a su autor (publicar una novela a los 15 años y conseguir que a los 23 se convierta en una superproducción cinematográfica es toda una hazaña que mucha gente, yo incluido, no ha sido capaz de conseguir y mataría por hacerlo), pero quieras que no Paolini la escribió muy joven y eso se nota. Las influencias y homenajes son muy evidentes, y la novela tiende a ser quizás demasiado simple, lineal y maniquea (aunque justo es decir que el guión cinematográfico pule muchos de estos defectos de estilo de autor primerizo).
Ya ha aparecido en las librerías la segunda parte de la trilogía, Eldest, y está prevista una tercera entrega cuyo título provisional hasta la fecha es Empire pero de la cual no se sabe nada aun a ciencia cierta. En todo caso, no cabe duda de que el éxito de la película (que lo está teniendo, y es lógico) ayudará a su vez a las ventas de los libros y viceversa.
Para terminar y no extenderme más: creo que la claves del éxito de Eragon están es que es una película para todos los públicos (que no necesariamente infantil), entretenida y fácil de ver, con un cierto espíritu épico, héroes de una sola pieza enfrentados a odiosos villanos, y una combinación de ingredientes tales como magia, aventura, humor, amor, amistad y drama lo bastante acertada como para mantener al respetable pendiente de cada fotograma. Si a eso añadimos esas referencias o paralelismos con éxitos recientes del cine y la literatura fantástica y de ciencia ficción podremos acabar de entender las claves de esta película que está llamada a convertirse en uno de los fenómenos de moda, amenazando el podio del mismísimo Harry Potter.
Comentarios
A mí me recuerda tanto a Star Wars como esta a El Señor de los Anillos y quién roba a un ladrón, jejeje.
Más en serio, me recuerdas a CHUS demostrando que todas las películas son (o estan contenidas en) Conan.
Todo el mundo sabe que las películas con dragones están siempre bien :D