El Ilusionista vs. El Truco Final
Por una de esas extrañas casualidades de la vida han coincidido en nuestras pantallas dos películas de temática y estética similares, como son El ilusionista y El Truco Final (El Prestigio). No se trata del típico caso en que se ruedan dos películas casi iguales, una de calidad y otra más pobre, para el mercado del video, aprovechándose del reclamo de su hermana rica. El ilusionista es una historia original escrita por Neil Burger a partir de un relato corto de Steven Millhauser, mientras que El Truco Final está basado en la novela El Prestigio, del gran escritor de ciencia ficción Christopher Priest. El director, Christopher Nolan y el guionista, su hermano Jonathan, llevaban varios años trabajando para adaptar la compleja trama de la novela en un guión cinematográfico. Por el camino a Nolan le surgió la oportunidad de dirigir Batman Beguins, lo que le sirvió para completar el reparto con la incorporación de Christian Bale y Michael Caine.
En El Ilusionista el actor y realizador Edward Norton se mete en la piel del Gran Eisenheim, un mago en la mejor tradición de Harry Houdini que se enemista con el príncipe heredero del trono austrohúngaro ya que ambos están enamorados de la misma mujer. El príncipe encarga a su jefe de policía que investigue a Eisenheim para descubrir sus trucos y detenerle por fraude. No añado nada más porque la película aun está en pantalla y hay gente que todavía no la ha visto, tan solo terminar diciendo que así comienza un emocionante juego de trampas y engaños en el que nada es lo que parece.
El Truco Final, por su parte, narra la relación de amistad, primero, y enemistad después entre dos aprendices de magos, interpretados por Hugh Jackman y Bale. Ambos intentan sabotearse mutuamente a la vez que superar a su rival desarrollando el truco perfecto que les convierta en los magos más famosos de su época. El personaje de Jackman, en concreto, se mueve entre el rencor y la admiración hacia su adversario, y está dispuesto a sacrificar su felicidad e incluso su vida con tal de descubrir los secretos de este. Pese a eliminar muchos elementos de la novela, Nolan se las arregla para desarrollar una historia compleja y subyugante, a la altura de sus mejores películas. Sin embargo, su talento es también su debilidad. La trama de El Ilusionista es más lineal y sencilla y por lo tanto más fácil de visionar que El Truco Final, cuyo complejo guión, lleno de flashbacks, saltos temporales, y diversos puntos de vista, resulta menos explícito y deja más trabajo a la imaginación del espectador. Teniendo en cuenta que a este por lo general le gusta que se lo den todo bien masticadito, es de temer que la mayoría preferirán El Ilusionista (sin que esto suponga una crítica o desmérito para la película de Norton) antes que la densa y fascinante adaptación que de Priest realiza Nolan. Sin embargo, si me permiten el consejo, denles una oportunidad a ambas y difícilmente se arrepentirán, sobre todo en el caso de El Truco Final.
Comentarios
En cuanto a "El truco final", los pejigueristas ya han empezado a hacer de las suyas: no me parece que sea una película fallida ni mucho menos. Eso sí: en ambas se ven las barbas postizas; el "El truco final" tiene más gracia.