Diario de Carcosa /01


Entrada #25 (25/04/2017)

¿Qué tienen en común un grupo de Hard Rock ya desaparecido y una película de serie B en blanco y negro de 1929 con una revista de poesía, un portal de Internet y un selecto club social de los años treinta? No lo sé, y por más vueltas que le doy a la cabeza, no se me ocurre nada. A Marten, sí. El debía saberlo o, al menos, sospecharlo, a juzgar por la forma en que dispuso todos estos elementos en su pared, unidos entre sí por una maraña de hilos de diferentes colores sujetos con chinchetas. No era lo único que había. Durante el poco tiempo que estuve en la habitación pude entrever también un montón de post it, posavasos, servilletas con dibujos e incluso varias frases escritas a mano con su característica caligrafía. Por suerte, pude sacarle una fotografía a la pared con el móvil durante un descuido del agente de policía que me había acompañado hasta ahí, pero con las prisas la imagen salió algo borrosa y de baja calidad, demasiado poca como para que pudiera imprimirla a un tamaño decente sin que se viese aún más desdibujada.
Al final, tuve que pedirle ayuda a uno de los fotógrafos del periódico, que era un experto en el manejo del Photoshop y otros programas de mejora y retoque de imágenes. Este logró imprimir una copia a tamaño 20x30 bastante decente, aunque tuve que prometerle que algún día le dejaría invitarme a un par de copas en la cervecería de la redacción (no es que la cervecería estuviese físicamente en la redacción, pero como casi toda la clientela éramos periodistas, habíamos terminado por llamarla así).
De vuelta a casa desplegué la reproducción sobre la mesa del comedor y con la ayuda de una lupa pude ir reconstruyendo aquel puzle que Marten había montado pacientemente en su estudio antes de desaparecer sin dejar ni rastro. De izquierda a derecha, y de arriba abajo, pude identificar un póster de un grupo de rock setentero llamado The Yellow Sign; una captura de pantalla de la página de Bienvenida de un portal de Internet; el cartel de una vieja película de misterio titulada - casualidad, o no - The Yellow Sign; lo que parecían reproducciones de portadas de viejos libros de autores como Bierce o Robert W. Chambers; un ejemplar del número especial de diciembre de 1974 de la revista Fever Dreams, dedicado a la poesía cósmica, en cuya portada también aparecía el nombre de Chambers junto al de Lovecraft, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard y otros autores pulp menos conocidos, y un mapa de Los Ángeles repleto de cruces y anotaciones, además de un mosaico de post it, servilletas y posavasos con el emblema de algo llamado Club Social Carcosa.

¿Qué demonios significa todo esto? Estaba claro que Marten creía que había alguna clase de relación entre toda aquella parafernalia, pero para mí no es más que un galimatías sin sentido. Sin embargo, de una cosa estoy segura: él no le habría dedicado tanto tiempo (y esfuerzo) si no pensase que detrás había una buena noticia, así que la clave está aquí mismo, delante de mis narices. Sólo tengo que ser capaz de pensar como él para encontrarla. Recuerdo que era muy aficionado al cine clásico, y eso me hace pensar en el cartel de la película y en esa frase - The Yellow Sign - que se repite varias veces a lo largo de todo el puzle. Tal vez esa sea la puerta de entrada al laberinto, o tal vez no, pero es un punto de partida tan bueno como cualquier otro.

(Continuará)
 
© Alejandro Caveda (Todos los derechos reservados).
Este relato ha sido registrado en Safe Creative (Registro de la propiedad intelectual) de forma previa a su publicación en el Zoco.

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