Estrellas Muertas (Una historia del Universo Expandido de Star Wars) 07


(Para saber cómo hemos llegado hasta aquí, no dejen de leer las entradas anteriores. ¡Gracias!).

- ¿Cambiar? ¿Qué puede cambiar esto? Estáis todos locos. Enfermos. Ese experimento, fuese lo que fuese, ha afectado también vuestras cabezas y ya no sois capaces de distinguir la fantasía de la realidad - exclamó Danni, enfrentándose al círculo de miradas que la observaban de forma fría y desapasionada.
- Puede que estemos enfermos, Danni, pero locos jamás. Tú deberías saberlo mejor que nadie. Tú viviste en persona la llegada de los Yuuzhan Vong. Sobreviviste de milagro al primer contacto. Fuiste testigo de una guerra que cambió para siempre el rostro del universo conocido, y acabaste convertida en toda una experta en la cultura y la biotecnología de los Vong.
- Estás loca. Yo jamás he oído hablar de esos... ¿cómo los has llamado? ¿Vong?
- Oh, ya lo creo que lo has hecho, Danni. Te enfrentaste a ellos e incluso llegaste a matar a alguno. Lo que no es fácil, teniendo en cuenta que son invisibles a la fuerza, y que hasta los todopoderosos Jedi fracasaron más de una vez al intentar detenerles.
- Eso... no ha pasado nunca.
- Sí ha pasado, Danni. Es real. Esta es la mentira. Este universo, estos recuerdos, todo es más falso que la biografía del Emperador. En la realidad original... llamémosla la línea temporal Alfa, las cosas transcurrieron de forma diferente. Los rebeldes conquistaron Coruscant tras la batalla de Endor. Pocos años después, el Gran Almirante Thrawn regresó de las regiones desconocidas. Y tras él, vinieron el Emperador renacido, la nueva Orden Jedi, la academia de la sombra y la revuelta corelliana. Leia Organa Solo se convirtió en la presidenta y Jefa de Estado de la Nueva República tras la retirada de Mon Mothma. Ella y Han Solo tuvieron tres hijos con talento para la Fuerza. Uno falleció luchando contra los Yuuzhan Vong, y otro se volvió al lado oscuro, convirtiéndose en Lord Caedus. Luke Skywalker se casó con una ex-agente imperial llamada Mara Jade y tuvieron un descendiente varón. Cien años después, otro Skywalker se enfrentaría al nuevo imperio Sith de Darth Krayt.
- ¡Ya basta! Todo lo que dices es absurdo, no ha pasado nunca. La República os derrotó en Jakku y desde entonces hemos disfrutado de más de veinte años de paz ininterrumpida, salvo por esa misteriosa primera orden que casi nadie conoce. ¿Y la senadora Solo? Ella y su marido sólo han tenido un hijo, y prácticamente está retirada de la política. Si vas a mentir, al menos deberías buscar mentiras más convincentes.
- Si ha pasado, pero no lo recuerdas porque los Celestiales cambiaron la historia y con ella, nuestros recuerdos. O mejor dicho, los vuestros, porque nosotros si recordamos como fueron realmente las cosas. Y tú también. ¿No es cierto, Danni? ¿No sueñas con otra vida, en otro mundo en el que las cosas eran parecidas y, a la vez, muy diferentes a este?
- Yo... sólo son sueños. Además, ¿cómo puedes saberlo? - repuso Danni, a la defensiva, sorprendida por la forma en que la imperial parecía leerle la mente.
- Porque a nosotros nos pasa lo mismo, Danni. Recordamos, y esa es nuestra maldición. Este universo vuestro... esta línea temporal alternativa... está mal. ¿No lo notas? Los Celestiales hicieron un buen trabajo, pero no lo bastante bueno, y las costuras del tiempo empiezan a deshacerse. Es como una estatua de hielo que se derrite, y cuanto más tardemos en actuar, irá a peor.
- ¿Y cómo pensáis arreglarlo?
- Podemos rastrear la línea del tiempo hasta dar con el punto de divergencia y restaurar la corriente original. Pero tenemos que estar muy seguros de actuar en el momento exacto, porque si nos equivocamos, las consecuencias podrían ser aún peores. Y por eso es por lo que te necesitamos. Es por ti, Danni. Todo esto ha sido por ti desde el principio. Por eso os estábamos esperando. Por eso apresamos vuestra nave. Por eso os hemos retenido y traído hasta aquí. Porque te necesitábamos aquí y ahora, en este momento y lugar exactos.
Danni intentó procesar la información y por fin se dio por vencida.
- No entiendo nada.
- Tu eres el nexo. Utilizaremos tus recuerdos para identificar las divergencias, encontrar el punto exacto de ruptura, corregir la desviación y volver a dejarlo todo tal y como estaba.
- ¿Y por qué no podéis hacerlo vosotros mismos? Después de todo, tú misma has dicho que sois los únicos que recordáis ese otro universo alternativo.
- Te equivocas, Danni. Este es el universo alternativo. ¿Crees que no lo hemos intentado? Nuestros bancos de memoria no sirven. Aquí somos unos intrusos. Esta falsa realidad nos rechaza, como tu sistema inmunitario reaccionaría ante cualquier virus o bacteria. Pero tú, al estar a medio camino, no tienes ese problema. Hay una Danni en cada una de las diferentes líneas temporales. Sólo tenemos que elegir la versión correcta, y restaurar el sistema.
- Incluso suponiendo que tengas razón... ¿por qué debería de hacerte caso? Tú misma has dicho que esa línea temporal Alfa era tan aterradora que los propios Celestiales se vieron obligados a impedir que tuviese lugar. Si tenían razón, ¿qué sentido tendría volver atrás ahora?
- Porque este universo ya está muerto, Danni. ¿No lo notas? Carece de consistencia y, para sobrevivir, tiene que vampirizar al original. Reutiliza ideas, conceptos, personajes, pero lo hace de forma más pobre, ilógica y sin sentido. Y el efecto irá a más con el tiempo, hasta que se produzca el equivalente a una supernova entrópica y la realidad se colapse, como un remolino espaciotemporal. ¿Y bien? ¿Qué me dices? ¿Podemos contar contigo?
- Deja que lo piense un segundo - dijo Danni, dejando un espacio de tiempo para darle más énfasis a sus siguientes palabras -. Ya está. Iros a la mierda.
La oficial suspiró y negó con la cabeza.
- Danni, Danni. Me decepcionas. Como científica y aventurera, pensé que apreciarías la oportunidad que te estoy ofreciendo. Pero si salvar el universo no te parece lo bastante excitante, deja que te lo ponga más fácil: todavía estás a tiempo de salvarle a él - añadió, señalando el cadáver de Lex -. No a esta versión, por supuesto. A su original. Si hacemos bien las cosas, esto nunca habrá pasado y Lex seguirá vivo.
- Pero no será él - protestó la joven -. Será otra persona distinta. Lo más probable es que en esa otra línea temporal ni siquiera nos hayamos conocido.
- Eso suena muy egoísta por tu parte, Danni. Puedes tener su cadáver, o puedes devolverle la vida. ¿Qué va a ser? Si estuvieses realmente enamorada, no lo dudarías ni un segundo. Yo no lo haría. Tengo muy claro lo que quiero hacer, cómo hacerlo, y hasta donde estoy dispuesta a llegar para conseguirlo.
La astrofísica tuvo una repentina revelación.
- ¡Engendro Sith! Este era tu plan desde el principio. Por eso insististe en que viniese con él. Porque ya tenías pensado matarle, y utilizar su vida como moneda de cambio para obligarme a elegir.
- Creí que lo habías entendido, Danni. Para nosotros, esto no está pasando. Ya ha pasado. Vamos dos pasos por delante del resto del universo. Si quieres, podemos perder algo más de tiempo hablando acerca de la vida, la muerte y el destino. O puedo ordenar que traigan aquí al resto de tus compañeros, e ir ejecutándolos uno a uno, delante tuyo, hasta que te des por vencida. ¿Qué será, Danni? ¿Cuántas personas más tendrán que morir sólo porque tú te empeñas en llevarme la contraria?
- ¡Eres un monstruo! - exclamó la joven, poniéndose de pie para encararse con la oficial médico, pero un soldado de asalto se interpuso en su camino mientras que le resto le apuntaron con sus blasters.
- Sí, lo soy - reconoció Iría Faye -. Y tú también, sólo que todavía no te has dado cuenta. ¿Y bien? ¿Estás con nosotros, o vamos echando a suertes quién muere primero? Yo apostaría por el togoriano, pero el ex-imperial también me vale.
- Muy bien, tu ganas - cedió Danni, desalentada -. ¿Qué se supone qué tengo que hacer?
- Ocupar mi lugar en la plataforma. Después, yo me encargaré del resto.
- Antes mencionaste que el proceso era peligroso.
- El cuerpo humano es un recipiente demasiado frágil para contener la divinidad sin algo de ayuda. La transición implica cierta cantidad de dolor, aunque no deja secuelas graves. Al menos, secuelas físicas. Tranquila. Sólo te vamos a ayudar a convertirte en algo mejor. Una persona capaz de viajar a través del tiempo y del No-Espacio sin perder la cordura
- ¿Y después?
- Cambiaremos la historia. Salvaremos el futuro, y haremos que las leyendas vuelvan a ser reales.
- ¿Y cómo sé que no intentáis volver atrás para evitar el desastre de Endor y salvar al Imperio?
- Porque ese no es su destino. El imperio está destinado a perder en todas las versiones de esta historia, Danni. Pero sólo una es la correcta, nos guste o no.
- Los Yuuzhan Vong.
- Exacto.
- Y el resurgir de los Sith.
- También.
Danni suspiró.
- Más te vale tener razón y que ese universo tuyo merezca la pena, Iria, porque el futuro, tal y como lo describes, es una mierda. Vale, hazme sitio y acabemos de una vez.

En ausencia de Lex, Karrt quedaba al mando de la Moebius, pero fue Dathomar el que tuvo que intervenir para evitar que el togoriano fuese vaporizado mientras se enfrentaba a los imperiales que habían acudido a ordenarles que abandonasen el Intruso.
- ¿Y nuestros compañeros?
El oficial imperial, que se había presentado a sí mismo como el teniente Ostrander, reflexionó durante un par de segundos antes de responder:
- La doctora Quee ha decidido quedarse y continuar el resto del viaje con nosotros.
- ¿Y el capitán?
- Él también se queda - dijo Ostrander, en tono misterioso y algo ambiguo.
- Esto es muy irregular, teniente - insistió el cartógrafo, mientras hacía esfuerzos inhumanos por retener a Karrt -. El capitán nunca abandonaría voluntariamente su nave. ¿No habría alguna forma de hablar con ellos para que nos confirmen el mensaje en persona?
- Me temo que es imposible. Mientras estemos dentro de la nebulosa, nuestras comunicaciones se ven afectadas por la radiación espacial.
- Entonces, ¿cómo ha sabido usted que quieren quedarse? - inquirió el ex-imperial, incisivo. Por su parte, el teniente esbozó una sonrisa culpable que venía a decir «Me has pillado», y se acercó a Dathomar con aire confidencial para hablarle casi al oído.
- Sus compañeros han hecho un gran sacrificio para que ustedes puedan salir de aquí con vida, señor. No haga que ese sacrificio sea en vano. Suban a su nave y aléjense de aquí, antes de que sea demasiado tarde.
El cartógrafo percibió la seriedad en el tono de voz de Ostrander, así como el mensaje de advertencia que le transmitía con la mirada, y decidió hacerle caso.
- Está bien. Karrt, avisa a Nawara y Mazo. Nos vamos.
- ¡No estarás hablando en serio! - rugió el togoriano.
- Sí. Aquí no podemos hacer nada, y la única forma de serle útiles a nuestros amigos es sobrevivir, contactar con algún puesto de avanzada de la República y pedir ayuda.
- El capitán nunca dejaría a ningún tripulante atrás.
- Me temo que el capitán ya nos ha dejado, Karrt. Vete preparando los motores. Nos vamos.
El togoriano regresó a la Moebius, refunfuñando insultos y maldiciones en su lengua natal. Dathomar echó un último vistazo al interior del Intruso y se dispuso a seguir a su compañero, pero antes Ostrander aprovechó para darle un último mensaje.
- Buena suerte, doctor. ¿Quién sabe? Si todo sale bien, tal vez esta línea temporal no desaparezca. Y si no, nos veremos todos al otro lado, aunque puede que no lo recordemos. En cualquier caso, uno de los dos tendrá un futuro al que regresar.
Dathomar no dijo nada más, mientras Karrt daba las instrucciones de despegue y la Moebius abandonaba (¡por fin!) la bahía de atraque del Intruso, que utilizó sus generadores de campo para abrir un corredor de salida por el que la corbeta clase Merodeadora pudiera alejarse de la influencia de la enana blanca.
- ¿Y ahora qué? - preguntó Karrt, cuando estuvieron a suficiente distancia.
- Esperar. Grabarlo todo. Y no perderles de vista - sugirió Finn. Pero apenas había terminado de hablar cuando el crucero Interdictor comenzó a brillar como si se estuviese convirtiendo en luz, sus contornos empezaron a difuminarse, y finalmente desapareció entre un resplandor azulado que no tenía nada que ver con el efecto que producían las naves al saltar al hiperespacio. Karrt, Dathomar y Nawara observaron el fenómeno, boquiabiertos, mientras que Mazo se limitaba a gruñir y KX9 añadía, a modo de resumen:
- Interesante.

A muchos años luz (y temporales) de distancia, el Intruso cabalgaba la marea cronal en su viaje a través del tiempo y del No-Espacio, mientras Danni, sentada en el puente de mando, escuchaba divagar al coronel Herzog en compañía del capitán Sandor y la comandante Faye, y rezaba a la Fuerza y a la Luz Original por no haberse equivocado.
Eso, sólo el tiempo lo diría.

¿Continuará...?

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