PVO10 - Tablets vs. E-Reader
Recuerdo haber leído las pasadas navidades que las ventas de aparatos lectores de libros electrónicos habían retrocedido sensiblemente con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que llevaba a algunas editoriales a vaticinar un descalabro en la venta y/o circulación de ejemplares. En realidad, más bien parece que las ventas de tablets están desplazando a las de otros dispositivos como los ordenadores portátiles o los propios E-Readers, ya que la versatilidad de las mismas las hacen especialmente atractivas para gente que busca un dispositivo polivalente a un precio asequible. Y es que las tablets permiten navegar por Internet, leer libros y comics en pantalla, jugar, ver series y películas, reproducir música, consultar el correo, descargar y compartir archivos, sacar fotos, editar y retocar video e imágenes, adelantar tareas y tantas posibilidades en general como Apps tengas instaladas. Así pues ¿son las modernas tablets una alternativa eficaz a los E-Reader? ¿Se han quedado ya estos desfasados pese a ser casi unos recién nacidos? ¿Cuál de ambos dispositivos es mejor para leer epubs y similares?
Antes de seguir adelante conviene aclarar que este tipo de discusiones siempre me parecen tan estériles como las que tienen que ver con el futbol o la política, donde todo el mundo piensa que su opción es la mejor y nadie da su brazo a torcer frente a los argumentos de la parte contraria. Al final, todo es cuestión de gustos y lo importante en todo caso es tener claro cual de ambas opciones se adecua más a tus necesidades. Si lo que quieres es un dispositivo lector puro y duro una tablet puede cumplir esa función, pero siempre será más eficaz un Reader.
Ya en un artículo anterior hablamos acerca del auge del E-Reader y de sus ventajas e inconvenientes, el cual pueden rememorar a través del siguiente enlace. En general, los Readers son mucho menos versátiles que las tablets. Aunque algunos modelos permitan ver imágenes y reproducir música, son funciones que se incluyen más bien como un extra y que sus propietarios rara vez suelen aprovechar. A mayor abundamiento, su conexión a Internet está pensada casi exclusivamente para comprar y descargarse ebooks desde la página de la editorial u otras webs similares. El software se puede actualizar e incluso parchear para añadir o desbloquear algunas funcionalidades, pero ni de lejos admiten tantas Apps como cualquiera de las tablets que circulan por el mercado. Su función primordial es ofrecer horas y horas de lectura, de ahí la pantalla de tinta electrónica que permite prolongar semanas (e incluso meses) la duración de la batería, siendo este - por el contrario - el principal hándicap de las tablets, cuyo nivel de carga baja en picado con el uso de las mismas, en especial durante la lectura, que mantiene la pantalla activa e iluminada durante el continuo proceso de cambio de páginas.
Otro factor a tener en cuenta es el de la capacidad. A igual cantidad de gigas en el E-Reader caben más libros, ya que en la tablet la mayoría del espacio disponible acaba ocupado por vídeos, archivos de imagen o Apps que te vas descargando. Tampoco hay que olvidar la cuestión del formato: aunque el epub sea el más extendido, también circulan por ahí archivos PDF (con DRM o no), FB, mobi, etc. A este respecto, los Readers suelen ser más flexibles que las tablets, aunque nuevamente este no sea un problema para gente experta en la materia (hay programas como el Calibre que permiten modificar el formato de los archivos sin apenas merma en la calidad de los mismos). Por último, esta la cuestión del precio. Los Readers han bajado mucho desde su aparición y ya puedes encontrar modelos muy completos pr cien euros o menos (como el Kindle o el Tagus) mientras que por lo general las tablets son un poco más caras, salvo los modelos más pequeños (de 7", que se acercan mucho al tamaño medio de la mayoría de los Readers, que es de 6,5") y algunas marcas low cost que adolecen a cambio de menos rápidez, resolución y funcionalidades.
Como vemos, no hay ningún obstáculo insalvable por el que un tablet no pueda ser un dispositivo de lectura tan eficaz como un Reader más allá de la duración de la batería y de los gustos personales de cada uno, y de hecho la forma en que las primeras le van comiendo terreno a los segundos augura que en un futuro no muy lejano ambos dispositivos tenderán a parecerse cada vez más (de hecho, ya hay muchos Readers con pantalla tactil e incluso iluminada) y ofrecer prestaciones similares para competir en igualdad de condiciones, por lo que, como apuntábamos al principio, la decisión final dependerá del presupuesto, las necesidades específicas y los gustos personales de cada potencial usuario.
Antes de seguir adelante conviene aclarar que este tipo de discusiones siempre me parecen tan estériles como las que tienen que ver con el futbol o la política, donde todo el mundo piensa que su opción es la mejor y nadie da su brazo a torcer frente a los argumentos de la parte contraria. Al final, todo es cuestión de gustos y lo importante en todo caso es tener claro cual de ambas opciones se adecua más a tus necesidades. Si lo que quieres es un dispositivo lector puro y duro una tablet puede cumplir esa función, pero siempre será más eficaz un Reader.
Ya en un artículo anterior hablamos acerca del auge del E-Reader y de sus ventajas e inconvenientes, el cual pueden rememorar a través del siguiente enlace. En general, los Readers son mucho menos versátiles que las tablets. Aunque algunos modelos permitan ver imágenes y reproducir música, son funciones que se incluyen más bien como un extra y que sus propietarios rara vez suelen aprovechar. A mayor abundamiento, su conexión a Internet está pensada casi exclusivamente para comprar y descargarse ebooks desde la página de la editorial u otras webs similares. El software se puede actualizar e incluso parchear para añadir o desbloquear algunas funcionalidades, pero ni de lejos admiten tantas Apps como cualquiera de las tablets que circulan por el mercado. Su función primordial es ofrecer horas y horas de lectura, de ahí la pantalla de tinta electrónica que permite prolongar semanas (e incluso meses) la duración de la batería, siendo este - por el contrario - el principal hándicap de las tablets, cuyo nivel de carga baja en picado con el uso de las mismas, en especial durante la lectura, que mantiene la pantalla activa e iluminada durante el continuo proceso de cambio de páginas.
Otro factor a tener en cuenta es el de la capacidad. A igual cantidad de gigas en el E-Reader caben más libros, ya que en la tablet la mayoría del espacio disponible acaba ocupado por vídeos, archivos de imagen o Apps que te vas descargando. Tampoco hay que olvidar la cuestión del formato: aunque el epub sea el más extendido, también circulan por ahí archivos PDF (con DRM o no), FB, mobi, etc. A este respecto, los Readers suelen ser más flexibles que las tablets, aunque nuevamente este no sea un problema para gente experta en la materia (hay programas como el Calibre que permiten modificar el formato de los archivos sin apenas merma en la calidad de los mismos). Por último, esta la cuestión del precio. Los Readers han bajado mucho desde su aparición y ya puedes encontrar modelos muy completos pr cien euros o menos (como el Kindle o el Tagus) mientras que por lo general las tablets son un poco más caras, salvo los modelos más pequeños (de 7", que se acercan mucho al tamaño medio de la mayoría de los Readers, que es de 6,5") y algunas marcas low cost que adolecen a cambio de menos rápidez, resolución y funcionalidades.
Como vemos, no hay ningún obstáculo insalvable por el que un tablet no pueda ser un dispositivo de lectura tan eficaz como un Reader más allá de la duración de la batería y de los gustos personales de cada uno, y de hecho la forma en que las primeras le van comiendo terreno a los segundos augura que en un futuro no muy lejano ambos dispositivos tenderán a parecerse cada vez más (de hecho, ya hay muchos Readers con pantalla tactil e incluso iluminada) y ofrecer prestaciones similares para competir en igualdad de condiciones, por lo que, como apuntábamos al principio, la decisión final dependerá del presupuesto, las necesidades específicas y los gustos personales de cada potencial usuario.
Comentarios
De hecho la semana que viene voy a hacerme con una tablet, pero desde luego no la usaré para leer libros.