Steve Niles y el comic de horror contemporáneo
Los más asiduos de este blog recordareis que no hace mucho colaboré en Tebeosfera (una de las webs de referencia del medio de la actualidad) con una serie de artículos sobre el comic de terror contemporáneo, aunque hubo uno - dedicado a Steve Niles - que por diversos motivos no llegó a ver la luz, por lo que finalmente me he decidido a reproducirlo aquí. Espero que sea de vuestro agrado y que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo:
STEVE NILES Y 30 DÍAS DE NOCHE:
Hay un tópico que, a base de repetirlo, se ha desvirtuado hasta casi perder su significado, como es el de anunciar a bombo y platillo que tal o cual escritor o guionista de moda es el futuro de un determinado género; y aunque, insisto, a base de aplicarlo indiscriminadamente a cualquier aporrea teclas de paso dicho concepto ya no impresiona como debiera, lo cierto es que describe como ninguno al autor que ahora nos ocupa, ya que Steve Niles puede ser considerado con justicia, si no el futuro, si como una de las voces más representativas del actual género del terror norteamericano.
Aunque hasta hace poco Niles era casi un desconocido para el lector medio español, el éxito de su trabajo más popular – 30 días de noche (2002) – tanto en su versión gráfica como fílmica ha conseguido que diversas editoriales como Norma Comics hayan comenzado a recuperar lo mejor de su producción pasada y reciente. Sin embargo, sin desmerecer títulos como The Lurkers, Wake the dead o su personal adaptación del Soy Leyenda de Richard Matheson, para muchos lectores (entre los cuales me reconozco incluido), 30 días de noche continua siendo su obra maestra.
La idea de partida es, ciertamente, original. Si los vampiros rehuyen el sol, un lugar en el que la oscuridad reina durante un mes entero tiene que ser lo más parecido al paraíso terrenal para ellos. Así nació la premisa de la serie de comic, que narra con ritmo cinematográfico las desventuras de los habitantes de una pequeña ciudad de Alaska invadida por una plaga de vampiros que han acudido al buffet libre.
Curiosamente, 30 días de noche nació como un guión para el cine; pero debido a la miopía de los grandes estudios acabó convertido en una miniserie de comic, primero, y un volumen recopilatorio, después, que se convirtieron casi de forma instantánea en un gran éxito de ventas tanto aquí, en España, como en su país de origen.
Buena parte del éxito se debe al personal estilo gráfico de su dibujante, Ben Templesmith, que aportó al texto de Niles una atmósfera siniestra y oscura, donde todo es posible, y el mal acecha a la vuelta de cada esquina. Aunque su narrativa resulta a ratos confusa y su trazo demasiado borroso y difuminado, es difícil concebir la historia a manos de otro artista que no sea el antedicho, que compensa sus carencias con una energía y puesta en escena perfectas para el comic que nos ocupa. Como dato curioso, las cubiertas de la edición original fueron hechas por Ashley Wood, al cual Templesmith reconoce como una de sus más marcadas influencias.
Niles, por su parte, se las arregla para dar una nueva vuelta de tuerca a un tema tan explotado como es el vampirismo. Sus “criaturas de la noche” se alejan de las interpretaciones canónicas de Bram Stoker o Anne Rice para orbitar en torno a la influencia del maestro Matheson y su Soy leyenda. Al igual que Robert Neville, los supervivientes de Barlow tienen que luchar por su vida en un entorno hostil en el que todo lo demás que queda son muertos, vampiros, y kilómetros y más kilómetros de tierra inhóspita. No es casual el ritmo casi cinematográfico que presenta toda la obra, dado su origen, y resulta irónico que varios años después 30 días de noche haya llegado por fin a la gran pantalla para terminar de conquistar a todos aquellos que todavía no conocian la historia.
Como suele suceder en estos casos, el éxito, o tal vez la nostalgia, han obligado a Niles a regresar a Barrow en una extensa lista de miniseries y especiales, más o menos relacionados con la historia principal, entre las que destacan Días Oscuros o 30 días de noche: Regreso a Barrow, las cuales retoman a algunos de los personajes protagonistas de la serie original al tiempo que añaden otros nuevos. Son historias entretenidas, que se dejan leer con agrado, aunque carezcan de la chispa de la serie original. Y es que una vez agotada la premisa inicial todo suena demasiado a “Ya visto, ya leído”; de todas formas, quien tuvo retuvo, y para quienes disfrutaron en su momento con la primera entrega, siempre resulta agradable regresar ocasionalmente a ese pueblo donde la noche dura un mes y los vampiros organizan implacables cacerías a la luz de la luna mientras farfullan en un extraño idioma alienígena. ¿Hemos dicho ya que Steve Niles es el futuro del género? Pues sí, pero un futuro al que, seguro, aun le queda mucho, y muy bueno, por contarnos.
Comentarios
Saludos, jose manuel.
Un abrazo y hasta pronto ;)