Reflexiones 2

Una vez, hace mucho tiempo, había en una granja un pobre pollito que estaba aterido de frio. Compadecida de él, una vaca le defecó encima. Al principio el pobre pollito se revolvió incómodo hasta que se dió cuenta de que, obviando el mal olor, dentro del estiercol se estaba muy calentito y a gusto, así que decidió hacer de tripas corazón y aguantar.
Al cabo de un tiempo acertó a pasar por ahí un zorro que al verlo exclamó: "Pobre pollito, deja que te eche una mano", y pese a los pios de protesta del pajarito el zorro lo extrajo del estiercol, lo lavó cuidadosamente y a continuación se lo zampó.
La historia nos ofrece tres moralejas:
1. No siempre es malo estar de mierda hasta el cuello.
2. No siempre el que te cubre de mierda es tu enemigo.
3. No siempre el que te saca de la mierda es necesariamente tu amigo.
Pensad en ello.
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