Retorno a las estrellas

Aunque en los últimos años Lem hubiese quedado relegado a un segundo plano su figura resulta especialmente entrañable para todos los que accedimos al apasionante mundo de la CF en la década de los 70, gracias sobre todo a la inestimable labor de la editorial Bruguera, que por aquellos años publicó un aluvión de títulos suyos como La investigación (1959), Memorias encontradas en una bañera (1971), o Ciberiada (1974), entre muchos otros; amén de otras casas como Minotauro (Solaris, 1961) o Nebulae (Diarios de las estrellas, 1982), que también pusieron su granito de arena. Para el recuerdo quedan sus sugestivas fábulas de robots, las siempre irónicas aventuras del astronauta Ijon Tichy y la melancólica soledad del investigador Kelvin orbitando sobre el misterioso planeta Solaris. Quien sabe, quizás ahora que ha muerto y regresado a sus queridas estrellas alguna editorial se anime a reeditar - a modo de homenaje póstumo - alguno de sus títulos clásicos.
Lo cierto es que como comenta Ivan Olmedo en Blogdemlo llevamos una mala racha, y desde el reciente óbito del gran Robert Sheckley no hemos dejado de encadenar necrológicas de grandes autores, como Richard Fleisher, Pascual Enguídanos, Mena, o el que ahora nos ocupa... Si hubieran sido folkloricas o toreros tal vez habrian merecido más atención por parte de los medios, pero que quieren... Solo eran artistas. Y eso no merece ni 1 minuto de prime time.
Comentarios
Y así seguimos...
Pasese ud. por silente.net para ver más cosas del susodicho.
El Pascual ese...
Si Miguel Angel Aznar levantase la cabeza...