Obituario: Richard Fleischer

Hijo del animador Max Fleischer (también famoso por su serie de dibujos animados protagonizados por el superhéroe por excelencia, Superman), Richard estudió interpretación en la Universidad de Yale y empezó una temprana carrera cinematográfica en 1944 al rodar la cinta documental Memo for Joe a la que seguirian no menos de 50 títulos entre los que se encuentran clásicos indiscutibles del celuloide como es el caso de Los Vikingos (1958), Barrabas (1962), El estrangulador de Boston (1968), Tora! Tora! Tora! (1970), El estrangulador de Rillington y Terror ciego (1971), o El príncipe y el mendigo (1977) entre otros títulos memorables.

Las películas de Fleischer destacan por su estilo narrativo agil y directo, además de su afán perfeccionista que se reflejaba en un montaje y acabado impecables. El Fleischer de los años 60 / 70 tiene, además, merecida fama como director inquieto y experimental que a través de títulos como el ya mencionado Estrangulador de Boston introdujo nuevos recursos en el medio (como es el caso del estilo realista-documental, o la técnica de división de la pantalla, muy usadas posteriormente en el video clip y el mundo publicitario, así como por otros directores del calibre de Brian de Palma o Tarantino).
En sus últimos trabajos Fleischer se vuelve quizás demasiado autocomplaciente, comercial y convencional. Cuesta creer que el director de Conan el destructor (secuela del mítico filme de John Milius, mucho menos épico y profundo que este, pero que curiosamente tuvo bastante más aceptación de crítica y público) sea el mismo que dirigió aquella obra maestra que eran Los Vikingos con un impagable Kirk Douglas. Lo mismo puede decirse de casi todas sus últimas películas, formalmente impecables pero que no aportan nada significativo asu, por otra parte, gran filmografía.
Con todo quien tuvo retuvo y Fleischer disfrutó hasta el final de sus días de una merecida fama de esforzado y competente artesano del oficio, algo de lo que no siempre pueden presumir algunos de los más recientes llegados al gremio de la dirección (y no vamos a dar nombres por eso de no meter el dedo en el ojo) que desconocen conceptos tales como planificación, montaje, ritmo o simplemente como hacer una película inteligible.
Descanse en paz, maestro, y gracias por su legado.
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