Terminator: reseteando el futuro
“El futuro siempre en movimiento está”, como diría el personaje de otra célebre saga de ciencia ficción; y eso es especialmente cierto en la franquicia que nos ocupa, donde el tiempo (y sus paradojas) son parte y protagonistas esenciales de la trama. Por eso, no pocos aficionados y aficionadas sintieron (sentimos) un estremecimiento de emoción en 2018 cuando James Cameron anunció que iba a volver a la saga que el mismo creó y popularizó allá por finales de los ochenta y principios de los noventa.
A priori, Terminator: destino oscuro (2019) lo tenía todo para ser uno de los blockbusters del año, empezando por el equipo original: Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, además de Cameron (que se reservaba las labores de productor ejecutivo), cediéndole el testigo como director a Tim Miller, que venía de rodar Deadpool (2016) para la Marvel. La idea era ignorar todas las secuelas a partir de T2, cerrando la trilogía con una nueva historia que sirviese a su vez de puente hacia futuras películas de la saga. Sin embargo, pese a todo lo dicho, Terminator: destino oscuro no obtuvo el éxito deseado y, aunque tampoco se puede decir que sea una mala película, quedó bastante lejos de lo que se esperaba de ella. ¿Por qué? ¿A que pueden deberse las causas de este relativo fracaso?
Vamos por partes. Un servidor siempre ha defendido que, en realidad, Terminator es una historia en dos entregas que abarca las dos primeras películas (1). Las dos juntas, vistas de un tirón, ofrecen el planteamiento, desarrollo y cierre perfectos de la idea original. T2, de hecho, retoma descartes e ideas desechadas en su momento del Terminator original (1984) para darle más cohesión a trama. Al final, el T-1000 ha sido derrotado, Skynet ha fracasado en su misión y el futuro ha cambiado, evitando el apocalipsis… ¿o no? En Hollywood siempre hay espacio para una vuelta de tuerca más, por lo que en 2003 llega a las pantallas Terminator 3: La rebelión de las máquinas, tercera entrega oficiosa de la saga aunque con numerosos cambios en el guion: Skynet ha sido derrotada, pero no destruida. Cameron sale de escena sustituido por otro director (Jonathan Mostow) y guionista (Gale Ann Hurd). El actor Nick Stahl reemplaza a su colega Edward Furlong como John Connor, y Linda Hamilton se niega a repetir su papel como Sarah Connor, por lo que se establece que su personaje ha fallecido, su cuerpo incinerado y sus cenizas arrojadas al mar. Prácticamente Arnold se queda sólo para enfrentarse a un nuevo modelo de Terminator, la Terminatrix interpretada por Kristanna Locken (2). Así y todo, se trata de una película bastante respetuosa con sus predecesoras, que rescata secundarios de la saga como el psiquiatra Peter Silberman (Earl Boen) (3), introduce el papel de la esposa de John Connor y nos ofrece, por fin, un vistazo al alzamiento de Skynet y el comienzo del día del Juicio Final. Pese a todo, mucha gente opinó que no era más que una versión actualizada de T2, que sólo ofrecía más de lo mismo, y algunos no entendieron porque se sustituyó a Furlong en el personaje de John Connor, aunque por aquel entonces el declive físico del actor era ya más que evidente.
Siguiendo la estela de Rebelión, en 2009 llega Terminator: Salvation (McG), la primera película de la serie ambientada por completo en los Años Oscuros y que cuenta con el extra de tener a un intérprete del calibre de Christian Bale como John Connor. Al igual que su predecesora, esta Salvation es muy respetuosa con el Canon, e intenta mostrarnos los primeros años de la Resistencia, mucho antes de la derrota definitiva de Skynet, ofreciéndonos incluso una explicación para esas cicatrices que Connor lucía en el rostro en T2. Igualmente, el look de Sam Worthington recuerda mucho al de Kyle Reese en la primera película de la saga y, de hecho, es este quien le enseña al propio Kyle el truco de serrar la culata de una escopeta y llevarla sujeta con un cordel por debajo del gabán para evitar que puedan arrebatársela por sorpresa. Y, sin embargo, la película tiene algunos agujeros de guion del tamaño del Titanic. Una vez que las máquinas tienen preso a Kyle Reese, ¿qué sentido tiene usarlo como cebo para atraer a John Connor? Mata al padre, y el hijo nunca habrá llegado a nacer. Pero supongamos que a Skynet le preocupen las paradojas temporales. En ese caso, una vez que tienes en tus manos a John Connor, no te límites a enviarle un T-800…. Arroja una bomba atómica sobre la zona. Pierdes una fábrica, pero ganas la guerra de una vez por todas. El caso es que Terminator: Salvation había de ser la primera entrega de una nueva trilogía que se quedó por el camino, debido a estos y otros detalles que estropeaban al final el conjunto, por no hablar de otro tipo de problemas legales y de derechos, pese a lo cual es una película (como decíamos) muy respetuosa con la saga y que, si sabes suspender la incredibilidad en un par de ocasiones, resulta muy disfrutable.
Curiosamente, Arnie sí regresó para la siguiente entrega de la saga: Terminator: Génesis (2015), la cual suponía un reboot en regla de la franquicia a partir de las películas originales de Cameron, pero a la vez añadiendo nuevas incógnitas e interrogantes. Génesis le la una vuelta de 180º a muchas de las convenciones establecidas hasta la fecha: Skynet ya no es un programa militar, sino una IA; John Connor se ha transformado en el nuevo enemigo a derrotar, y se establece que los T-800 pueden envejecer porque están recubiertos de una capa de tejido humano vivo. Sin embargo, el 1984 al que regresa aquí Kyle Reese no es el que se encontraba su alter ego de la película original. La historia ha cambiado sutilmente, pero el porqué es uno de los muchos misterios que quedaron sin respuesta, porque tras esta Génesis Cameron decidió retomar las riendas de su creación, siguiendo la estela de otras películas del momento como la nueva trilogía-secuela de Halloween que ignoraba a todas sus predecesoras. Terminator: Destino Oscuro se concibe así como la siguiente entrega de la serie tras T2, ignorando a todas sus predecesoras, pero, al contrario que Génesis, respetando las películas originales, lo que no quiere decir que no haya cambios en la trama: Skynet ahora se llama Legión, John Connor está muerto y el nuevo líder de la Resistencia es una joven mexicana llamada Dani. Cameron juega aquí a invertir los papeles porque Dani no será la madre del futuro líder de la Resistencia, sino que ella misma será ese líder.
¿Por qué falló, pues, este nuevo Terminator que a priori tenía todas las bazas para relanzar la franquicia y dar pie a una nueva serie de películas? Es difícil decirlo. Así, a priori, se me ocurre que Destino Oscuro se parece demasiado a Génesis, que todavía estaba muy reciente; mucha gente vio la muerte de John Connor como una traición al espíritu de los filmes clásicos de la saga (al igual que convertirlo en el villano de Génesis), y el cambio de nombre de Skynet por Legión no le aporta nada, ni sirve para hacer más atractiva una película cuyo único fin parece actualizar la saga siguiendo unos postulados más feministas y acordes con el #MeToo imperante. Tampoco podemos descartar el efecto prepandemia que ya empezaba a extenderse en 2019. Y es una pena, porque si ni siquiera su creador ha sabido dar con las teclas que reactiven el interés del público, el futuro de la saga está más en entredicho que nunca. De hecho, ya hemos asumido que no veremos nuevas aventuras de Christian Bale como John Connor, o que tampoco descubriremos quien envió atrás en el tiempo al Abuelo para proteger a una joven Sarah Connor mucho antes que el propio Reese lo hiciese. Igualmente, es dudoso que veamos otra secuela de este Terminator: Destino Oscuro, con más vistazos a ese futuro apocalíptico en el que Dani se ha convertido en la líder de lo que resta de la raza humana. Tampoco Arnold y Linda Hamilton pueden prolongar mucho más sus respectivos roles, en parte porque ya no tienen mucho sentido en una línea temporal en la que John Connor no existe, y en parte por su avanzada edad (78 y 68 años, respectivamente). ¿Será el próximo Terminator una secuela sobre lo ya visto, o un nuevo reboot para partir de cero tipo Génesis? El tiempo (nunca mejor dicho) lo dirá. Entretanto, siempre podremos disfrutar revisionando la saga, en especial las dos primeras entregas que (para un servidor) forman el Canon completo, cerrado y perfecto de la serie.
Filmografía:
- The Terminator (1984).
- T2: el día del Juicio Final (1991).
- T3: el alzamiento de las máquinas (2003).
- Terminator: Salvation (2009).
- Terminator: Gënesis (2016).
- Terminator: Destino Oscuro (2019).
Curiosidades:
(1). Pese al final cerrado de T2, varias editoriales de comics exploraron hipotéticas secuelas a la duología original, como es el caso de Now Comics, Dark Horse o Malibú.
(2). Como detalle anecdótico, Locken ha interpretado al único terminator femenino de la saga, aunque en algunas escenas de T2 el T-1000 suplantase a Sarah Connor para engañar a su hijo John.
(3). Boen es el actor que ha aparecido en más películas de la saga, después de Arnold y empatado con la mismísima Sarah Connor.
(4). Hay que señalar que Salvation es la única película de la saga en la que NO aparece personalmente Arnold Schwarzenegger, aunque gracias al CGI superpusieron el rostro de su yo más joven sobre el cuerpo de un culturista para recrear al T-800 de la película original.
Comentarios