Covenant: el breve recorrido de Prometheus a Alien
Ya está disponible en nuestras pantallas la nueva entrega / precuela de Alien, Covenant (Ridley Scott, 2017), que perfectamente hubiese podido llamarse Prometheus 2, ya que la acción se desarrolla varios años después de dicha película y en ella averiguamos que ha sido del androide David y la doctora Shaw (Noomi Rapace) en su búsqueda del planeta natal de los ahora extintos ingenieros. Sin embargo, esta segunda parte resulta mucho más "Alien" (por la presencia de Xenomorfos) y menos alejada del espíritu filosófico y algo iniciático de Prometheus (2012).
Durante un viaje de colonización, la tripulación de la Covenant recibe una una extraña señal que les conduce a un misterioso mundo repleto de vida vegetal, pero donde la evolucion animal parece seguir unas reglas completamente diferentes. Ahí se refugía David, único superviviente de la Prometheus, que pese a su aparente cordialidad tiene su agenda propia con respecto a los Aliens y los colonos.
En la mitología griega, Prometeo era el titán amigo de los mortales castigado por los Dioses por entregarles a estos el secreto del fuego, que es tanto como decir la tecnología. En un contexto más cercano, Frankenstein o el moderno Prometeo es el título de una novela de terror de Mary Shelley, esposa de Percy Shelley, al que el androide David cita erroneamente atribuyendo su poema Ozymandias a Lord Byron.
En la mitología griega, Prometeo era el titán amigo de los mortales castigado por los Dioses por entregarles a estos el secreto del fuego, que es tanto como decir la tecnología. En un contexto más cercano, Frankenstein o el moderno Prometeo es el título de una novela de terror de Mary Shelley, esposa de Percy Shelley, al que el androide David cita erroneamente atribuyendo su poema Ozymandias a Lord Byron.
Como el protagonista de la novela de Shelley, David está obsesionado con superar a su creador y crear vida; más en su caso, ya que David es una creación, un androide, que no puede reproducirse por muy sofisticado que sea. Sus experimentos le llevan a diseñar la cepa de Aliens que los espectadores conocemos a partir de la película original de 1978 y posteriores. Esto contesta a algunas de las preguntas que nos haciamos tras ver Prometheus, a la vez que arroja otras nuevas (si los Ingenieros se han extinguido, ¿quién es la solitaria figura que comandaba el pecio espacial que encuentra la tripulación de la Nostromo, muchos años más tarde, cargado con esos huevos de Alien que David ha desarrollado pacientemente a partir de la tripulacion de la Covenant y otras víctimas?). Por otro lado, siguen sin explicarse los crossover contemporáneos entre Aliens y Depredadores (al menos en pantalla) ya que en la época en que tienen lugar ambas películas de AvP (principios del siglo XXI) se supone que aun falta mucho para que David desarrolle a los Xenomorfos tal y como los conocemos.
Ahora bien, no conviene desesperar. Covenant, deciamos, resuelve muchos de los cabos que habían quedado sueltos tras Prometheus, y todavía queda espacio para otra (u otras) películas entre esta última entrega y la primera del 78 donde, es de suponer, Scott (a través de David) ira puliendo el concepto de Alien hasta llevarnos al monstruo que toda una generación de espectadores conocimos (y aprendimos a temer) allá por los años setenta. En cualquier caso, lo que parece haber quedado aparcado de momento, es la posibilidad de una secuela, ya sea tras Aliens: el regreso (1986) o Aliens: Resurrección (1997). Que nadie espere milagros: como ya dijimos en su momento, Scott es el creador y como tal, considera que la continuidad tiene que ajustarse a su inventiva, y no al revés, mientras que esos otros productos secundarios que hemos mencionado (AvP, Alien 3, etc.) pueden ser versiones alternativas o sueños criogénicos de sus protagonistas. Ya se verá. De momento, El británico parece más preocupado por volver a los orígenes y recordarnos, una vez más, que en el espacio nadie puede oir tus gritos, y que una nave estelar puede ser el más aterrador de los laberintos a la hora de escapar de un monstruo aparentemente tan indestructible como el que aquí nos ocupa.
Ahora bien, no conviene desesperar. Covenant, deciamos, resuelve muchos de los cabos que habían quedado sueltos tras Prometheus, y todavía queda espacio para otra (u otras) películas entre esta última entrega y la primera del 78 donde, es de suponer, Scott (a través de David) ira puliendo el concepto de Alien hasta llevarnos al monstruo que toda una generación de espectadores conocimos (y aprendimos a temer) allá por los años setenta. En cualquier caso, lo que parece haber quedado aparcado de momento, es la posibilidad de una secuela, ya sea tras Aliens: el regreso (1986) o Aliens: Resurrección (1997). Que nadie espere milagros: como ya dijimos en su momento, Scott es el creador y como tal, considera que la continuidad tiene que ajustarse a su inventiva, y no al revés, mientras que esos otros productos secundarios que hemos mencionado (AvP, Alien 3, etc.) pueden ser versiones alternativas o sueños criogénicos de sus protagonistas. Ya se verá. De momento, El británico parece más preocupado por volver a los orígenes y recordarnos, una vez más, que en el espacio nadie puede oir tus gritos, y que una nave estelar puede ser el más aterrador de los laberintos a la hora de escapar de un monstruo aparentemente tan indestructible como el que aquí nos ocupa.
TRILOGÍA DEPREDADOR
- Depredador (1987)
- Depredador 2 (1990)
- Predators (2010)
AvP
- Alien vs Predator (2004)
- Alien vs Predator: Requiem (2007)
UNIVERSO ALIEN
- Prometheus (2012)
- Alien: Covenant (2017)
- Alien: el octavo pasajero (1978)
- Aliens: el regreso (1986)
- Alien 3 (1992)
- Alien: Resurrección (1997)
- Depredador (1987)
- Depredador 2 (1990)
- Predators (2010)
AvP
- Alien vs Predator (2004)
- Alien vs Predator: Requiem (2007)
UNIVERSO ALIEN
- Prometheus (2012)
- Alien: Covenant (2017)
- Alien: el octavo pasajero (1978)
- Aliens: el regreso (1986)
- Alien 3 (1992)
- Alien: Resurrección (1997)
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