La sombra de Batman y otros clásicos del Hombre Murciélago

Con la publicación del cuarto volumen de La sombra de Batman, ECC ha cruzado el ecuador de su ambiciosa recopilación de una de las épocas más interesantes de la larga trayectoria del Señor de la Noche, como es la que va desde la mítica etapa de Steve Englehart y Marshall Rogers a fines de los setenta, hasta la revolución que supuso la llegada de Frank Miller con su Año I y las historias paralelas escritas por Mike W. Barr y Alan Davis. Recopilación esta que, con menor fortuna, ya intentó llevar a cabo en su momento editorial Planeta cuando poseía los derechos para publicar el material de DC Comics en España. ¿Llegará la edición de ECC hasta el final, o quedará inconclusa al igual que su predecesora? Para entender mejor la cuestión, es necesario retroceder hasta el origen o, al menos, hasta 1977, fecha en que aparece la primera entrega del Batman de Englehart, aunque sea en Detective Comics y Rogers todavía no se haya incorporado al apartado gráfico.

Por aquel entonces, la responsable de publicar las diversas series de DC en nuestro país, incluidas las del Hombre Murciélago, era la editorial mexicana Novaro, que solía alternar material “moderno” con historias clásicas de los años sesenta, cincuenta, e incluso de la década de los cuarenta, aunque de forma quizás un poco anárquica y sin una línea editorial clara. Novaro llegó a publicar buena parte de la antedicha etapa de Englehart y Rogers antes de que Bruguera tomase el relevo en 1979.

La editorial de Barcelona sacó al mercado dos series regulares del Señor de la Noche: una quincenal, de grapas, que alternaba las colecciones norteamericanas de Batman y Detective Comics, enlazando con la época inmediatamente posterior a la de Englehart, con Len Wein a cargo del guion, mientras que otros dibujantes como Don Newton, Ross Andru, Irv Novick o Frank McLaughlin habían tomado el relevo de Marshall Rogers; y una serie de álbumes a gran tamaño, de cartoné, donde alternaban episodios “actuales” con material más clásico como la saga de Ra’s Al Ghul y otras historias de Denny O’Neil y Neal Adams; episodios de Batman Family, o incluso de otras series del Hombre Murciélago como The brave and the Bold. Al igual que en el caso de Novaro, eran recopilaciones anárquicas y poco sistemáticas, pero que permitieron que algunos lectores recién llegados (como un servidor) descubriesen algunos de los momentos más interesantes de la historia reciente del personaje. Sin embargo, Bruguera se hallaba prácticamente al final de su camino y tampoco tenía un auténtico empeño en recuperar material clásico ya fuese de Batman o de otros personajes de DC, por lo que al cabo de apenas un par de años cedieron los derechos a ediciones Zinco.

La nueva editorial retomó la serie más o menos donde la había dejado Bruguera, al comienzo de la etapa de Gerry Conway como guionista a cargo de las dos colecciones de Hombre Murciélago, acompañado por artistas clásicos como Don Newton, José Luis García López o Gene Colan. Sin embargo, a principios de los ochenta soplaban vientos de renovación en la industria norteamericana del comic, vientos que se desataron en 1986 con la aparición en el mercado de títulos como el Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons, o El regreso del Señor de la Noche de Frank Miller. El cambio se dejó notar también en España, donde Zinco decidió reiniciar todas sus colecciones desde un nuevo número 1, con un nuevo formato más parecido al original USA. En el caso de Batman, este segundo volumen arrancó con la publicación del Año I de Frank Miller y David Mazzuchelli, al que siguió el Año II de Mike W. Barr y Alan Davis. Tras este nuevo comienzo, en Zinco decidieron recuperar el resto de la etapa de Barr y Davis para, a continuación, ofrecer una selección de comics de Batman publicados entre 1984 y 1985, tras lo cual vendría la primera edición completa y sistemática (hasta la fecha) de la saga de Ra’s Al Ghul. Sin embargo, el objetivo de Zinco era (aprovechando el tirón de la primera película de Tim Burton) enlazar con las etapas más recientes del personaje, para ofrecer por fin al lector hispano material actual e inédito en castellano, como Las diez noches de la bestia (1988) y Una muerte en la familia (1988-1989), ambas de Jim Starlin y Jim Aparo, o la impactante versión del Señor de la Noche ofrecida por los británicos Alan Grant y John Wagner en Detective Comics, en compañía del dibujante Norm Breyfogle, por lo que se decidió crear una nueva serie para explorar el amplio legado del universo DC.

Clásicos DC arrancó en 1990 con dos sagas que hacían honor a su nombre: el Green Lantern & Green Arrow de O’Neil y Adams, y La sombra del murciélago, que incluía por primera vez de forma completa y ordenada la etapa de Englehart y Rogers, con el prólogo de Walter Simonson y un epílogo a cargo de Len Wein. A lo largo de sus 27 números, Clásicos DC recurrió con frecuencia al Hombre Murciélago, recuperando episodios de especial interés, ya fuese por su contenido, por su ilustrador, o por ambos motivos. Sin embargo, las dos editoriales que retomaron el testigo de Zinco, la mexicana Vid y Norma, prefirieron centrarse en publicar historias de actualidad, recuperando material clásico sólo en muy contadas ocasiones.

Suele pasar que tras una época de sequía llega la abundancia, y eso ocurrió, en efecto, cuando Planeta Comic consiguió arrancarle a Norma los derechos de DC Comics. Planeta (a través de comics Forum) venía de publicar durante más de 20 años los comics Marvel en España, y tenía cierta experiencia en recuperar material clásico a través de líneas como Selecciones Marvel, Tesoros Marvel y, en especial, la línea Excelsior o, como es más conocida, la Biblioteca Marvel. Planeta intentó trasladar esa experiencia a su trabajo con DC, explorando formatos más reducidos pero que incluían más páginas a un precio asequible para ofrecer una serie de personajes y colecciones de indudable interés como la Supergirl de Peter David, la JLI de Giffen y De Matteis, o el Detective Marciano de Tom Ostrander. En el caso de Batman, se anunciaron series como The Brave and the Bold de Jim Aparo (cinco volúmenes) y su sucesora natural, Batman y los Outsiders, del mismo Aparo con guiones de Mike W. Barr (tres volúmenes) y, en especial, Clásicos DC: Batman 1977-1987, veinte volúmenes en blanco y negro que pretendían ofrecer una selección de las mejores historias de Batman comprendidas entre esas dos fechas, arrancando (¡como no!) con el Batman definitivo de Englehart y Rogers, hasta alcanzar la etapa de Barr y Davis en Detective Comics. En el interín, se ofrecerían historias guionizadas por gente como Denny O’Neil, Len Wein, Marv Wolfman y Gerry Conway (entre otros) plasmadas en imágenes por artistas del calibre de Marshall Rogers, Michael Golden, Don Newton, Irv Novick y un largo etcétera. Un proyecto loable pero que, como veremos a continuación, no llegó a buen puerto, ya que sólo llegaron a publicarse seis de los veinte números anunciados, y aún así, con numerosos problemas y retrasos.

¿Los motivos? La explicación puede ser en parte económica (DC no tiene el mismo tirón comercial que Marvel en España: Novaro no creó escuela de la misma manera que sí lo hizo Vértice), pero también hubo muchos problemas a la hora de conseguir los originales americanos para su reproducción en España, por lo que en no pocas ocasiones en Planeta se vieron obligados a escanear ejemplares españoles más antiguos para incluirlos a tiempo en su edición, aunque al utilizar una trama de grises en vez del habitual blanco y negro, el escaneo era demasiado evidente, además de ofrecer un acabado borroso y algo desdibujado, lo que desagradó a no pocos lectores. Como decíamos, Planeta llegó a sacar seis volúmenes a trancas y a barrancas antes de tirar la toalla y dejar la colección incompleta, cuando apenas habían publicado una tercera parte de lo previsto.

Quizás por ello, a muchos nos sorprendió el anuncio de que ECC pensaba recuperar la idea de Planeta para hacer un proyecto similar, aunque en un formato diferente: a color, en tapa dura, a un precio mucho más elevado y bajo demanda (en seguida llegaremos a ello). Y es que, desde que empezó a publicar el catálogo de DC allá por 2012, ECC había demostrado más bien poco interés por los clásicos, centrándose más bien en editar y reeditar la línea Vértigo y otros títulos y personajes de éxito seguro, como The Watchmen o The Sandman. Sin embargo, ahora se juntaban dos factores. Por un lado, DC ha hecho un gran esfuerzo por reeditar buena parte de su legado clásico de cara a las nuevas generaciones de lectores y, por otro, ECC había empezado a recuperar algunas series clásicas, como The Question o Los nuevos Titanes de George Pérez… bajo demanda, y echando mano de crowfunding. Sin embargo, hasta ahora el sistema les había dado resultado. No deja de ser curioso que series como este Batman o las ya mencionadas no sean viables salvo previo pago por adelantado, pero que luego los crowfunding salgan adelante sin problemas y que la edición para librerías se venda y se agote igualmente bien. Que es lo que ha pasado con esta Sombra de Batman, que va ya por su cuarto volumen, aunque los rumores sobre la delicada situación económica de ECC y la poca predisposición de DC a seguir trabajando con ellos plantea serias dudas sobre que lleguemos a ver en librerías los dos volúmenes restantes, con lo que ECC se sumaría así a la maldición de Planeta, aunque justo es reconocer que a día de hoy ya han llegado mucho más lejos que sus predecesores, si bien ninguno de los dos logró (todavía) llegar a alcanzar el primer número de la edición original de Zinco.

Respecto al contenido, la edición de ECC se ha nutrido, sobre todo, de las dos series principales del Hombre Murciélago, es decir, Batman y Detective Comics, mientras que Planeta incluyó también material de Batman Family y miniseries como The untold legend of the Batman (Byrne & Aparo, 1979) que ampliaban un poco el foco y permitían conocer mejor el pasado y el universo del Señor de la Noche. Es posible que, de seguir adelante, ECC hubiese igualado los planes de Planeta de publicar lo mejor de la etapa de Gerry Conway y Doug Moench al frente del personaje, hasta alcanzar el momento previo a la irrupción de Frank Miller. El tiempo lo dirá, aunque las expectativas, a día de hoy, son inciertas y algo confusas. En cualquier caso, siempre podremos consolarnos pensando que cuatro son mejor que nada y que al menos se ha recuperado, aunque sea de forma parcial, una de las etapas más interesantes del personaje, que hasta ahora sólo se había ofrecido en castellano de forma parcial e incompleta. Quien pueda hacerse con los tres tomos de Tales of the Batman dedicados a Gerry Conway que DC publicó hace poco (en 2017), podrá seguir la historia en un formato muy parecido, aunque sea en otro idioma.

Bibliografía:

- Batman de Ed. Bruguera (13-07-1979/04-09-1981). Colección quincenal (25 números, grapas) más ocho álbumes trimestrales en formato cartoné.

- Clásicos DC de Zinco (1990). 27 números, grapas.

- Clásicos DC: Batman 1977-1987, de Planeta (2009). 20 números (sólo se llegaron a publicar seis).

- Batman: Extrañas apariciones (Planeta, 2011).

- La sombra de Batman (ECC, 2024-2025). Seis volúmenes a color y en tapa dura.

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