Lobos de la frontera, y otras historias más allá del muro de Adriano


Hay épocas y lugares que invitan a soñar, como es el caso de la Britania de principios de nuestra era, y toda la parte relativa a la conquista de su territorio por las legiones romanas a partir del año 43 d.C. Un periodo oscuro, convulso y confuso, en el que la realidad histórica se entremezcla con mitos y leyendas como el auge y caída del pueblo picto, o la misteriosa desaparición de la Legio IX Hispana, que puede no haber sido tan misteriosa, pero ha dado lugar a numerosas obras de ficción, en especial literarias, muchas de las cuales han sido posteriormente adaptadas a otros medios, como el cine o el cómic.


Ya en 1932 el escritor texano Robert E. Howard publicaba «Gusanos de la tierra», un relato perteneciente al ciclo del rey picto Bran Mak Morn y ambientado en el siglo III, que narra la aterradora venganza del personaje contra un gobernador romano (Titus Sulla) que le ha ofendido al ejecutar a uno de sus súbditos tras una parodia de juicio. En los relatos de Howard ya existe el muro de Adriano, que se empezó a construir el año 122 d.C., aunque Roma todavía no ha renunciado a extender su poder, como evidencia la secuela de «Gusanos de la tierra», titulada «Reyes de la noche», donde Bran organiza una frágil coalición de tribus para tenderle una emboscada a una unidad militar romana, en un remedo de lo que podría ser el destino de la antedicha Legio IX. A título anecdótico, Howard incluye en el relato a otro de sus personajes fetiche, el rey Kull, cuyo sacrificio (y el de sus guerreros nórdicos) es fundamental para atraer a los romanos a la trampa que Bran les ha tendido.


Años más tarde, en 1954, apareció El águila de la novena de Rosemary Sutcliff, primera entrega de las aventuras de Marco Flavio Aquila y sus descendientes. Inspirada directamente en la leyenda de la IX legión y su misterioso destino, la novela narra las peripecias del comandante Marco Flavio en el siglo II d.C. mientras intenta averiguar el destino de dicha unidad en las tierras al norte del muro de Adriano, en el territorio salvaje y casi inexplorado de los brigantes. Pese a los numerosos peligros que debe arrostrar, para Marco la búsqueda es una cuestión personal, ya que su padre era el comandante al mando de la Novena y recuperar su estandarte sería la única forma de reivindicar el honor de la familia, para lo cual contará con la ayuda de Esca, un esclavo manumitido de raíces brigantes. La novela fue llevada al cine en el 2011 por Kevin Macdonald, con Channing Tatum y Jamie Bell como Marco y Esca, respectivamente, aunque cambiando el título original por el de La legión del águila.


Lo cierto es que aunque la sombra de La Novena planea sobre toda la novela, Sutcliff no relata de forma directa como ocurrió (presuntamente) la debacle, tal y como si hace el cineasta Neil Marshall en su película Centurión (2010), ambientada en el 117 d.C., en lo que viene a ser prólogo no intencionado a La legión del Águila. La historia está narrada desde el punto de vista de uno de los escasos supervivientes de La Novena, el centurión Quintus Dias (Michael Fassbender) que junto a sus compañeros es perseguido de forma implacable por los guerreros pictos hasta las inmediaciones del mismísimo muro de Adriano. La reconstrucción de la emboscada (y posterior masacre) está rodada con un estilo sobrio, casi documental, pero no exento de una crudeza épica muy característica de este realizador, más conocido por obras como Dog Soldiers (2002), The descent (2005) o la nueva versión de Hellboy de 2019. Con sus más y sus menos, Centurión resulta mucho más entretenida en su falta de pretensiones que la adaptación fílmica de la novela de Rosemary Sutcliff.


Tras varias décadas de ocupación, avances y retrocesos, el Imperio decidió abandonar Britania a finales del siglo IV, trasladando las legiones a otros rincones de Europa donde eran más necesarias, como Germania o la frontera este. Sin embargo, la retirada tampoco fue un proceso sencillo, ya que a la hostilidad reiterada de pictos y escotos se añadieron las sucesivas oleadas de invasores sajones procedentes de Holstein y la Baja Sajonia, tal y como se narra en El rey Arturo (Antoine Fuqua, 2004), una reinterpretación del mito artúrico en clave histórica, la cual planteaba la posibilidad de que el Arturius de la leyenda fuese en realidad un militar britano-romano que al frente de sus caballeros sármatas se enfrentó a los sajones, tejiendo una red de alianzas con las tribus pictas y britanas hasta acabar convertido en el primer rey de Inglaterra. Una teoría interesante, aunque con escasos visos de realidad, pese a lo cual la película no dejó de tener su éxito en un momento en que el peplum volvía a estar de moda gracias al éxito de Gladiator (Ridley Scott, 2000).
Más fantástica aún, pero no menos ambiciosa en sus postulados resulta La última legión (2002) del escritor Valerio Massimo Manfredi, autor del éxito de ventas Alexandros (1998). En La última legión Manfredi narra como el último Emperador de Roma, Rómulo Augustulo, tras ser depuesto del trono en el 476 d.C., con apenas quince años, huyó a través de Europa junto con un puñado de fieles hasta refugiarse en Britania, donde persistían los restos de algunas legiones leales al Imperio que le protegerían de la persecución de los germanos. Siempre según Manfredi, al abandonar Lucullanum Rómulo se lleva consigo la espada de Cesar, que el difunto político y militar romano habría empuñado para derrotar a los escotos. Con el tiempo, la espada pasaría a ser conocida como Excalibur, mientras que Rómulo Augustulo se convertiría en el primer Pendragon, auxiliado por su leal consejero Ambrosinus, alias Merlín el mago. Lo cierto es que la imaginación del escritor italiano hace que por comparación el guion de David Franzoni para El rey Arturo resulte casi verosímil, aunque a título personal me quedo con las Crónicas del Señor de la Guerra del también escritor Bernard Cornwell, que reconstruyen el mito artúrico en los convulsos años de la Britania pos-romana. Como detalle anecdótico, existe una adaptación cinematográfica de La última legión, rodada en 2007 por Doug Lefler, tan bizarra y extravagante como la novela en la que se inspira, donde Clive Owen, en el papel de un improbable centurión romano, se codea con la estrella de Bollywood Aishwarya Rai Bachchan.


En cuanto a la Novena Legión, como ya decíamos, su destino final puede no haber sido tan misterioso como se piensa. Algunos hallazgos arqueológicos plantean la posibilidad de que dicha unidad fuese simplemente trasladada desde Britania a otras zonas del Imperio romano donde era más necesaria, como Noviomagus (actual Holanda) o Judea. Sin embargo, los críticos objetan que la Legión fue, en efecto, casi aniquilada en Britania, y que los restos encontrados posteriormente pueden pertenecer a algunas unidades auxiliares secundarias supervivientes. En cualquier caso, poco importa. La fantasía siempre es más atractiva que la realidad y en mi cabeza, no puedo evitar imaginarme a esos legionarios envueltos en cuero y acero, marchando orgullosos a través de los bosques de Caledonia, marcando el ritmo como un sólo hombre, mientras se sumergían en la bruma del amanecer para salir de la historia y entrar definitivamente en el reino de la leyenda.

Bibliografía:

- «Gusanos de la tierra». Robert E. Howard (1932).
- «Reyes de la noche». Robert E. Howard (1932).
- El águila de la novena. Rosemary Sutcliff (1954).
- Los lobos de la frontera. Rosemary Sutchiff (1980).
- Crónicas del Señor de la Guerra. Bernard Cornwell. (1998).
- La última legión. Valerio Massimo Manfredi (2002).
- La caída del Águila. J. S. Charles (2006).
- Las legiones malditas. Santiago Posteguillo (2008).

Filmografía:

- El rey Arturo, (Antoine Fuqua, 2004).
- La última legión, (Doug Lefler, 2007).
- Centurión, (Neil Marshall, 2010).
- La legión del águila, (Kevin Macdonald, 2011).

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