Mis 10 (+1) álbumes musicales favoritos


Los habituales del Zoco ya saben que uno de mis pasatiempos recurrentes es hacer listas de mis cinco, o diez, cosas favoritas, al igual que el personaje que interpretaba John Cusack en la película Alta Fidelidad (2000), adaptación de la novela del mismo título del escritor británico Nick Hornby. En estas ocasión me apetecía recordar mis diez álbumes musicales favoritos, aquellos que, por un motivo u otro, me marcaron a lo largo de mi vida, especialmente durante la adolescencia. Evidentemente, podría mencionar muchos más de diez, pero de esa manera me obligo a seleccionar los mejores de los mejores, dentro de mi muy personal y siempre discutible criterio.
Como siempre, antes de empezar me impuse unas reglas. La primera, limitarme a álbumes de estudio y dejar fuera las recopilaciones de cualquier tipo, ya fuesen Grandes Éxitos, remezclas, nuevas versiones, homenajes, etc. Siguiendo esa misma lógica, tampoco he incluido grabaciones de conciertos en directo, no porque no me gusten, sino porque suelen hacer un recorrido por toda la discografía del grupo o cantante e irían, pues, contra esa filosofía personal de reivindicar un álbum concreto, con personalidad propia, y cuyas canciones sean como piezas de un puzle que encajen perfectamente entre sí. Sin embargo, como en anteriores ocasiones, he hecho una excepción al incluir la banda sonora de una de mis películas favoritas, que si se puede considerar como una pieza de autor y tiene ese espíritu de coherencia que caracteriza al resto de títulos aquí incluidos. En otro orden de cosas, a la hora de rememorarlos he optado por una exposición cronológica, con independencia del momento en que los escuché por primera vez, que tampoco tiene porque coincidir, necesariamente, con el año en que fueron publicados. Por lo tanto, iremos haciendo el viaje del más antiguo al más reciente. Como señalaba al principio, entiendo que ni son todos los que están, ni están todos los que son, pero sigue siendo mi muy personal selección, y como tal quería compartirla con todos ustedes.


1. Getz/Gilberto (1964), Stan Getz, Joao Gilberto y Tom Jobim.

Una chica que se dirigía a una playa de Brasil inspiró la canción «Garota de Ipanema», tema alrededor del cual se construye este álbum fundacional de la Bossanova, fruto del talento combinado de Stan Getz, Joao Gilberto y Antònio Carlos Jobim, y que también incluye otros títulos clásicos del género como «Corcovado» o «Desafinado». Dice la leyenda que Gilberto le pidió a su esposa Astrud que le pusiese voz de forma provisional a la canción para ver que tal sonaba, y que después de escucharla todos estuvieron de acuerdo en que ella tenía que ser la interprete definitiva. Muchos años e infinidad de versiones después, este álbum sigue siendo una joya única e irrepetible, repleta de momentos mágicos envueltos en la voz sensual y aterciopelada de Astrud Gilberto.

2. Pet Sounds (1966), The Beach Boys.

Tras convertirse en uno de los grupos punteros del sonido de california de los sesenta, Brian Wilson, compositor habitual de la banda, decidió emular a los Beatles y se embarcó en su proyecto más ambicioso hasta el momento: Pet Sounds, el undécimo álbum de estudio de los Beach Boys, donde el grupo de Hawthorne se apartaba de sus raíces lúdicas y surferas para alumbrar un disco diferente, experimental y complejo, muchas veces definido como pop psicodélico, y repleto de cortes tan inolvidables como «Wouldn’t it be nice», «That’s not me», «Sloop John B», «God only knows» o «Caroline No». Si Pet Sounds hubiese incluido también «Good vibrations», estaríamos hablando de un álbum perfecto, pese a lo cual Wilson no quedó satisfecho con el resultado, y se obsesionó con superarse a si mismo en su próximo trabajo, Smile, que no vería la luz hasta 2004 y ya después en 2011 (The Smile Sessions), coincidiendo con el 50 aniversario del grupo. Desavenencias aparte, es sin duda el mejor trabajo de la banda, y uno de los títulos señeros de la historia de la música pop.


3. L.A. Woman (1971), The Doors.

Jim Morrison es el ángel caído del Rock. Su vida ejemplifica como pocas ese viejo dicho que reza: «Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver» (Vale, puede que el Rey Lagarto no dejase un bonito cadáver tras de sí, pero sí que cumplió las dos primeras condiciones). L.A. Woman fue el quinto y último álbum de estudio de The Doors, y el testamento musical de Morrison. Su disco más blues, maduro y premonitoriamente oscuro, ideal para escuchar cuando estás solo, te sientes melancólico y tu única compañía es una botella de bourbon envejecido no menos de cinco años en una destilería clandestina de Kentucky.

4. Houses of the Holy (1973), Led Zeppelin.

Houses of the Holy no incluye ninguno de los temas de éxito por los que recordamos a la banda de Robert Plant y Jimmy Page («Stairway to Heaven», Whole Lotta Love», etc.). Por no incluir, ni siquiera incluye la canción que le da nombre, que si aparece en el siguiente LP del grupo, Physical Graffiti. Y sin embargo es una obra maestra, que atrapa al público desde su intrigante portada (diseñada por Aubrey Powell, de resonancias Clarkianas) a su contenido, con piezas tan maravillosas como «The song remains the same». Long life rock’n’roll!


5. Los Secretos (1980), Los Secretos.

¿Quién no ha cantado alguna vez a todo pulmón «Déjame», «Sobre un vidrio mojado» u «Ojos de perdida»? Los Secretos estuvieron ahí desde el principio, antes de que la Movida madrileña se conociese como tal, y más de cuarenta años después, y tras varios cambios de formación, la banda de los hermanos Urquijo sigue al pie del cañón, incluso tras haber perdido a dos de sus miembros fundadores. Su primer LP fue uno de los álbumes míticos de eso que se dio en llamar la década prodigiosa del pop español, a la que Los Secretos contribuyeron con temas tan inolvidables como los ya mencionados, además de «No me imagino», «Quiero beber hasta perder el control» o «Buena chica», entre tantos otros que forman parte imprescindible de la banda sonora de nuestras vidas.

6. Nacha Pop (1980), Nacha Pop.

Si hay una canción que se pueda considerar como el himno definitivo de la Movida madrileña, esa es «La chica de ayer», compuesta por Antonio Vega, mitad esencial de Nacha Pop y uno de los nombres imprescindibles de la música pop española de las últimas décadas. ¿Quién era la chica de ayer? ¿Qué es lo que era demasiado tarde para entender? ¿Y porqué su autor necesitaba ir al Penta a escuchar canciones que consiguen que pueda amarla? Preguntas y más preguntas que atestiguan su capacidad de seducción, la cual ha fascinado a una legión de artistas que han intentado captar algo de su magia, entre los que cabe la pena destacar a Enrique Iglesias, El Canto del Loco o los norteamericanos Gigolo Aunts. Pero al igual que su homónima de Ipanema, la chica de ayer permanece perdida entre las brumas del pasado, tal vez para siempre.


7. Born in the USA (1984), Bruce Springsteen.

Born in the U.S.A. fue, sigue siendo, uno de los álbumes más conocidos y exitosos del Boss, tal vez el que más. Aunque en su momento hubo quien pensó que Springteen se estaba apuntando al carro del patriotismo ideológico de la era Reagan, lo cierto es que, salvo ocasionales concesiones al pop más comercial (como «Dancing in the dark»), se trata de un álbum mucho más complejo y oscuro de lo que parece, el cual retoma argumentos ya presentes en trabajos previos de Springsteen, como el desamor, el miedo al futuro o la crisis de identidad de toda una nación, pero los presenta en un formato mucho más sofisticado y, a la vez, asequible para el gran público. Asimismo se consolida la tendencia del músico hacia un sonido más rockero y potente, lejos de las raíces folk a lo Bob Dylan de sus primeros trabajos.

8. El grito del tiempo (1987), Duncan Dhu.

La banda de San Sebastián ya había saboreado las mieles del éxito con Canciones (1986) cuando publicaron El grito del tiempo (1987), un LP donde el sonido rockabilly de sus comienzos comenzaba a diluirse entre un pop más comercial y variado, en el que tras sencillos tan pegadizos como «La barra de este hotel» o «Una calle de París» se escondían pequeñas joyas como «La tierra del amor», «No debes marchar», «El sentido de tu canción» o «Al caer la noche». Historias de perdedores anónimos que hablan sobre el desarraigo, la soledad, el honor, la nostalgia del hogar y de los amores perdidos pero nunca olvidados y que aún hoy, 33 años después, siguen cautivando como el primer día.


9. A kind of magic (1987), Queen.

A kind of Magic es uno de los álbumes más comerciales de Queen, un disco que se nutre de canciones compuestas, sobre todo, para películas como Los inmortales (1986) o Águila de Acero (1986). Y sin embargo, es un trabajo consistente, en el que los temas más rítmicos y bailables como el que da título al álbum conviven con baladas melódicas tan sugestivas e inolvidables como «One year of love» o, en especial, «Who wants to live forever», donde la voz de Freddie Mercury alcanza una intensidad emocional pocas veces escuchada en un disco de estudio. Y Rami Malek estaba sencillamente excepcional en su brillante interpretación del genio de Zanzibar en Bohemian Rhapsody (Brian Singer, 1987), un biopic que recorre la trayectoria de Queen desde sus orígenes hasta 1985, aunque durante un momento de la película podamos escuchar un fragmento de «Who wants to live forever», que es dos años posterior.

10. Older (1996), George Michael.

Faith (1987) fue un álbum irregular, exitoso pero con una personalidad poco definida, a medio camino entre Wham! y las ansias de renovación de un George Michael que quería dejar atrás su etapa como estrella pop juvenil. Listen without prejudice (1990) se vio lastrado por la polémica entre el músico y su discográfica, que hizo que el volumen 2 nunca llegara a editarse de forma oficial, por lo que en cierto modo es también un trabajo incompleto. Older (1996), en cambio, es ya una obra de madurez, donde los temas bailables y los melódicos encajan entre sí casi con la precisión de piezas de relojería. La alegría vitalista de «Fastlove» contrasta con la tristeza por la pérdida de «Jesus to a child», pero no desentonan, al igual que el tono intimista de «Move on» o los ecos disco de «Star people», mientras que «Older» es casi una reflexión biográfica de su autor, uno de los músicos más destacados de la música pop del siglo XX y buena parte del XXI. En 1997 se lanzó una nueva edición del álbum (Older & Upper), con dos CD y remezclas de varios de sus temas más bailables.


(11). Blade Runner B.S.O. (1994), Vangelis.

Nadie que haya visto Blade Runner puede obviar que la música es una de las señas de identidad de la película y, también, de las claves de su éxito. De composición tan accidentada como el rodaje del propio filme, la banda sonora no vería la luz hasta 1994, cuando Blade Runner ya se había convertido en una obra de culto, y posteriormente en 2007, con motivo de su 25 aniversario, en una edición especial de tres CD que incluía la música de la película más temas inéditos y otras composiciones del propio Vangelis. Para la memoria de toda una generación de cinéfilos quedan momentos tan memorables como «Rachel’s Song», «Love Theme», «Tears in rain» o los títulos finales del filme, ya sean la versión original para cines de 1982 o la versión del director de 1992 (aunque para mí, Deckard NO es y nunca será un replicante).

Comentarios

Entradas populares