Recordando "Fantasmas (Ghost Story)" de Peter Straub.

La Chowder Society

Dedicado al amigo Miguel Cane, gran fan.

"Cada vez que leo un periódico, sueño que veo fantasmas bailando entre líneas. Debe de haber fantasmas en todas las partes del mundo" (Ibsen).

Sinopsis:

El terror ha regresado a Milburn. Hace años, los miembros de la Chowder Society creyeron haberlo expulsado para siempre. Pero ha vuelto en busca de venganza, y esta vez, puede que ni todos los esfuerzos de los miembros supervivientes de la Sociedad sean suficientes para detenerlo sin ayuda.

Sobre el autor:

Peter Straub (Milwaukee, Wisconsin; 2 de marzo de 1943) no ha alcanzado la misma popularidad en España que algunos de sus colegas de profesión, como Stephen King o Dean R. Koontz, aunque es su país de origen goza de una excelente reputación como poeta, novelista y escritor de relatos de terror y misterio. De hecho, sus primeras obras son recopilaciones de poesía, hasta que en 1973 publica su primera novela (Marriages, 1973), a la que seguirían poco después Los ojos de Julia (1976) y la atrevida Si pudieras verme ahora (1977). Pero fue esta Fantasmas de 1979 la que terminó de abrirle las puertas de la fama, sobre todo a partir de su adaptación cinematográfica de 1981, dirigida por John Irvin.
Más tarde llegarían otros títulos de éxito como La tierra de las sombras (1980), Dragón (1983) o Koko (1988). Con el tiempo, la temática de sus obras fue derivando del género de terror hacía el thriller sobrenatural y de misterio, como La garganta (1993) o Perdidos (2003), aunque ya sin el impacto de La tierra de las sombras y, muy en especial, de Fantasmas, considerada en su momento como la «Mejor novela de terror desde Drácula».

Alice / Eva / Alma
Sobre la novela:

En cierto modo, Fantasmas intenta ser la quintaesencia del género, con continuas referencias y alusiones a temas y autores clásicos del relato tradicional anglosajón de fantasmas. De hecho, el título original del libro (Ghost Story) debería traducirse más bien como Historias o relatos de fantasmas, en alusión a los miembros de la Chowder Society, que gustan de intercambiar este tipo de narraciones durante sus reuniones en casa del doctor Jaffrey, y cuyos apellidos remiten a escritores o personajes clásicos del terror gótico, como Nathaniel Hawtorne, Henry James o esa familia Wanderley, de resonancias lovecraftianas, al igual que clásico es el plantel de monstruos que se pasean a lo largo de sus páginas, que van desde los ya mencionados fantasmas a demonios inmortales multiformes, pasando por licántropos y vampiros, en la mejor tradición de Anne Rice. A mayor abundamiento, la villana, en sus respectivas encarnaciones, tiene ciertas reminiscencias de la Carmilla de Sheridan Le Fanu, ya que viaja acompañada de una madura dama de compañía, y gusta de seducir a hombres maduros y adinerados para jugar con ellos y conducirles a la locura, primero, y a la muerte después. Es interesante, también, el esfuerzo del autor por retratar la vida cotidiana de una pequeña ciudad de provincias como Milburn y de sus habitantes, con su atmósfera decadente y sus pequeños secretos e infidelidades, que ya aparecía en obras previas del autor como Si pudieras verme ahora. En este sentido, pues, no resulta exagerado afirmar que con esta novela Peter Straub ha escrito la historia de fantasmas por antonomasia, aunque precisamente sea ahí donde radique su talón de Aquiles: en esa obsesión por el pasado, por mirar atrás, por la nostalgia pura y dura, que la desconecta de las nuevas corrientes del género y, por extensión, del gusto de las nuevas generaciones de lectores, que pueden considerar que Fantasmas tarda demasiado en entrar en materia, y cuyo terror (más insinuado que explícito) tal vez no les resulte tan inquietante como un apocalipsis zombi o una maldición que se transmite como un virus a través de una cinta de video, por poner un par de ejemplos. Por el contrario, puede ser del agrado de los lectores más veteranos que aprecien su espíritu retro y algo reivindicativo.

Fred Astaire como Ricky Hawntorne
Curiosamente, es posible encontrar ciertos paralelismos entre Fantasmas y una obra coetánea del también escritor de terror y misterio, Stephen King, titulada El misterio de Salem’s Lot (1975). En ambos casos, la acción está ambientada en una pequeña ciudad de provincias en la que el mal se va introduciendo de forma subrepticia, afectando poco a poco la vida de todos sus habitantes. Y en ambos casos, el protagonista principal - o héroe involuntario - es un escritor (Ben Mears en la novela de King, Donald Wanderley en la obra de Straub), al igual que sus respectivos creadores. Sin embargo, más allá de recursos argumentales, las divergencias entre ambos autores son evidentes. King sería a Quevedo lo que Straub a Góngora. El autor de Fantasmas es un maestro de la prosa, fruto tal vez de su doble faceta como escritor de misterio y poeta. Su puesta en escena es tan sutil e insidiosa que a veces no eres consciente de todo el impacto emocional de lo que acabas de leer hasta que has tenido tiempo de encajar todas las piezas en tu cabeza. Para King, los monstruos existen y nos acechan al caer la oscuridad, mientras que para Straub no hay nada más aterrador que los secretos que se esconden en lo más recóndito de la psique humana. Y es curioso, insisto, porque en los ochenta hubo una cierto interés por parte de algunos lectores (y editoriales) por fomentar la rivalidad entre ambos escritores, cuando lo cierto es que King y Straub siempre han mantenido una relación más que cordial, e incluso han colaborado en dos ocasiones: en El talismán (1984) y otra vez en Casa negra, del 2001.

Making Of
La película:

El éxito de Fantasmas propició que se rodara casi de inmediato una adaptación cinematográfica, que se estrenó apenas dos años después de la publicación de la novela, en 1981. Dirigida por John Irvin, la película contó en su reparto con algunas viejas glorias de Hollywood en el papel de miembros de la Chowder Society, como Fred Astaire, Douglas Fairbanks Jr., John Houseman o Melvyn Douglas, mientras que el rol de Don Wanderley recayó en el relativamente desconocido Craig Wasson. Por su parte, una Alice Krige que venía de debutar en Carros de fuego (1981) presta su físico, atractivo y enigmático a partes iguales, para interpretar a Eva Galli / Alma Mobley, la misteriosa criatura del más allá dispuesta a acabar con Milburn para vengarse de sus antiguos adversarios.
Pese a todo, Fantasmas no funciona igual de bien en pantalla que sobre el papel. El guión de Lawrence D. Cohen elimina muchos de los personajes secundarios y tramas paralelas que enriquecían el texto para centrarse en el enfrentamiento entre Alma y los Societarios. Técnicamente, la factura final es un poco pobre, como de telefilme de serie B. Irvin se muestra excesivamente frío, poco inspirado, descartando los continuos flash-backs del libro a favor de una narrativa más convencional y aburrida (uno sólo puede imaginarse que no hubiesen hecho con semejante punto de partida cineastas del talento de David Robert Mitchell o Nicholas Windig Refn, por poner un par de ejemplos). Quizás por ello, Straub no ha tenido la misma relación idílica con el cine que su colega de profesión Stephen King, acostumbrado a que toda su producción, desde el relato más corto, a la novela más extensa, sea llevada a la pequeña o gran pantalla. Con el tiempo, lo más memorable de la película tal vez sea la belleza serena y ultraterrena de Alice Krige, además de ser uno de los últimos trabajos cinematográficos del mítico Fred Astaire.

Fantasmas en castellano:

En su momento Straub fue un autor descubierto por la extinta editorial Bruguera, que publicó varias de sus primeras novelas dentro de su colección de grandes éxitos Cinco Estrellas, como Si pudieras verme ahora (Nº 119), Fantasmas (Nº 68) y La tierra de las sombras (Nº 90). Tras la desaparición de Bruguera, el testigo fue retomado por Plaza y Janés, que publicó nuevos títulos (Dragón, Koko, etc.) así como alguno antiguo que todavía permanecía inédito, como La obsesión de Julia (1976). Años después, los derechos retornaron a Ediciones B, la sucesora de Bruguera, que añadió a la lista otras novedades, tal que la novela La garganta (1993), o la antología de relatos cortos Casas sin puertas (1990). Sin embargo, su producción más reciente permanece inédita, mientras que algunas de sus primeras ediciones en castellano están agotadas y resultan casi inencontrables a día de hoy, entre ellas este Fantasmas que sigue siendo (a juicio de quien esto escribe) su mejor trabajo junto con la también perdida La tierra de las sombras, por lo que no estaría mal que alguna editorial se plantease acometer, por fin, una edición cronológica y actualizada de la bibliografía completa de Peter Straub, tal y como se ha hecho con algunos de sus colegas de profesión (como el ya citado Stephen King).


Bibliografía (parcial):

- Los ojos de Julia (1976).
- Si pudieras verme ahora (1977).
- Fantasmas (1979).
- La tierra de las sombras (1980).
- Dragón (1983).
- El Talismán (1984), junto a Stephen King.
- Bajo Venus (1985).
- Koko (1988).
- Casas sin puertas (1990). Antología de relatos cortos.
- La garganta (1993).
- Círculo diabólico (1995).
- Casa negra (2001), junto a Stephen King.
- Perdidos (2003).


Ficha Técnica (novela):

Título: Fantasmas.
Autor: Peter Straub.
Formato: Cartoné, 542 pp., 19,5x12,5 cm.
ISBN: 84-02-08270-X.
Depósito legal: B. 27.596 - 1981.

Ficha técnica (película):

Título: Historia macabra.
Año de producción: 1981.
Director: John Irvin.
Guión: Lawrence D. Cohen (a partir de la novela de Peter Straub).
Reparto: Craig Wasson, Alice Krige, Melvyn Douglas, Douglas Fairbanks Jr., John Houseman, Patricia Neal, etc.

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