Blade Runner, 25 años después
Deckard ha vuelto. Con motivo del 25 aniversario del estreno de la película, se anuncia el reestreno del filme con nuevas escenas rodadas para la ocasión por su director original, Ridley Scott, amén del lanzamiento de un pack especial de deuvedés con las cinco (sí, han leído bien, las cinco) versiones de esta mítica película. Para los interesados, les dejo el enlace para bajarse el magazine del canal Sci Fi donde viene la noticia, o sea aquí.
Reconozco que se trata este de un filme por el que siento un cariño especial y al que regreso con cierta asiduidad; ya hablé de él en la entrada: Ediciones especiales: El corte de mangas del director (pinchar aquí) así como poco después en ¿Sueñan los androides con ser estrellas de cine? al repasar las diversas adaptaciones cinematográficas que sobre relatos y novelas de Philip K. Dick se han hecho en los últimos años (Ídem aquí).
Por eso, yo soy uno de los primeros sorprendidos al leer la noticia de que el pack en cuestión incluirá las cinco versiones de la película, ya que servidor tan sólo conoce dos de ellas: la original de 1982, y la posterior versión del director de los años 90. Una tercera será, supongo, la edición especial de aniversario que está ultimando Scott. Ignoro cuales serán las otras dos, aunque si he encontrado diversas fuentes en Internet que confirman el artículo del magazine Sci Fi: "Tomando en cuenta las diferentes exhibiciones previas para testear a la audiencia (Denver/Dallas y San Diego) y la versión europea (más larga y similar a la primera edición en video), hay cinco versiones diferentes de Blade Runner. Las copias vistas en Denver/Dallas y San Diego aún no llevan la voz en off aunque en la última de ellas ya se puede apreciar la modificación del desenlace; existen pequeñas diferencias en los diálogos y en la duración" (Tepasmas.com). Claro que como dice mi buen amigo y gran erudito del cine, Jesús Parrado, los cambios que se le hagan a una película no siempre tienen por qué notarse en pantalla: pueden ser modificaciones del formato, o del audio, o una remasterización, pero eso no implica necesariamente que se quiten o añadan escenas o diálogos. Ya veremos cuando lo tengamos en nuestras manos.
Aunque lo antedicho no es exactamente cierto, ya que por Internet circula una remezcla del filme que toma la versión del director y le añade la voz en off y el happy end añadido de la primera versión (la de 1982). No es un mal pastiche aunque dudo que Scott incluya esta fan-remezcla en su flamante pack conmemorativo.
Es un caso curioso el de Blade Runner, una película que en su estreno fue un fiasco de crítica y público pero que con el paso de los años se ha convertido en eso vulgarmente llamado "obra de culto" reivindicada por una legión de aficionados, cineastas, críticos, escritores y articulistas que la valoran como una de las películas más pioneras, innovadoras y originales del siglo pasado.
A riesgo de ir contracorriente, un servidor siempre ha preferido la versión original de 1982 que tuve ocasión de ver con mi buen amigo Pedro de Rueda (invitó él: ¡Muchas gracias, Pedro!) en el extinto cine Arango. Que quieren, me gustaba el happy end postizo y me parecía - y me sigue pareciendo - que la voz en off hacia más profundo y humano el personaje de Deckard, amén de hacer más fácil de seguir el guión de la película.
Scott, no obstante, tiene otras ideas en mente y como creador hay que respetárselas. Él siempre tuvo muy claro que Deckard era otro replicante, una máquina creada para cazar a sus semejantes, aunque esta idea quedaba poco clara en la primera versión gracias al uso continuado de la voz en off y el corte de las escenas del unicornio. La "Replicanterización" de Deckard se hace más evidente en la Versión del Director, y a mayor abundamiento Scott no tiene empacho en declarar: "Claro que Deckard es un replicante. Siempre la ha sido". Yo nunca lo he tenido tan claro como él, ya que Deckard habla y se comporta de manera muy diferente a Roy y el resto de los fugitivos. No sólo es que parezca mucho más humano que estos, es que literalmente barren el suelo con él. Acaba con Pris de chiripa; sólo la intervención de Rachel evita que León le machaque el cerebro; y Roy directamente le supera. Algunos puristas objetaran que Deckard puede ser de un modelo diferente e inferior al de Roy y compañía, pero en ese caso, ¿qué sentido tiene enviar a un solo Blade Runner a por otros replicantes superiores a él en todos los aspectos?
En cualquier caso, todo esto no dejan de ser reflexiones personales, si Scott lo afirma, su palabra va a misa, aunque que quieren, a mi me gustaba imaginarme a Deckard y Rachel viviendo felices es su paradisiaco retiro lejos de aquella sucia y oscura urbe donde todos los crímenes y vicios parecen posibles (futuro que, por cierto, también les niega el escritor K. W. Jetter en sus secuelas noveladas del filme: El límite de lo humano (1996) y La noche de los replicantes (1996), ambas publicadas en su momento por Martínez Roca). Esta claro que los finales oscuros tienen más impacto que los felices, y en el caso de esta película en concreto, más todavía. Pendientes de ver la nueva edición de aniversario, y comprobar en persona que novedades aporta (o mutila) a la historia, me gustaría sentarme a disfrutar de nuevo con la cinta original de 1982, arropado por la banda sonora de Vángelis (de la cual, por cierto, existen tantas versiones "oficiales" y "alternativas" como de la película) y paladeando de nuevo las palabras finaldes de Roy / Hauer en el tejado: "Yo he visto cosas que vosotros no podríais imaginar. Naves de ataque en llamas cerca de Orión. Rayos C brillando a través de la puerta de Tanhauser. Y todos esos momentos se perderán, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Simplemente insuperable.
Aunque lo antedicho no es exactamente cierto, ya que por Internet circula una remezcla del filme que toma la versión del director y le añade la voz en off y el happy end añadido de la primera versión (la de 1982). No es un mal pastiche aunque dudo que Scott incluya esta fan-remezcla en su flamante pack conmemorativo.
Es un caso curioso el de Blade Runner, una película que en su estreno fue un fiasco de crítica y público pero que con el paso de los años se ha convertido en eso vulgarmente llamado "obra de culto" reivindicada por una legión de aficionados, cineastas, críticos, escritores y articulistas que la valoran como una de las películas más pioneras, innovadoras y originales del siglo pasado.
A riesgo de ir contracorriente, un servidor siempre ha preferido la versión original de 1982 que tuve ocasión de ver con mi buen amigo Pedro de Rueda (invitó él: ¡Muchas gracias, Pedro!) en el extinto cine Arango. Que quieren, me gustaba el happy end postizo y me parecía - y me sigue pareciendo - que la voz en off hacia más profundo y humano el personaje de Deckard, amén de hacer más fácil de seguir el guión de la película.
Scott, no obstante, tiene otras ideas en mente y como creador hay que respetárselas. Él siempre tuvo muy claro que Deckard era otro replicante, una máquina creada para cazar a sus semejantes, aunque esta idea quedaba poco clara en la primera versión gracias al uso continuado de la voz en off y el corte de las escenas del unicornio. La "Replicanterización" de Deckard se hace más evidente en la Versión del Director, y a mayor abundamiento Scott no tiene empacho en declarar: "Claro que Deckard es un replicante. Siempre la ha sido". Yo nunca lo he tenido tan claro como él, ya que Deckard habla y se comporta de manera muy diferente a Roy y el resto de los fugitivos. No sólo es que parezca mucho más humano que estos, es que literalmente barren el suelo con él. Acaba con Pris de chiripa; sólo la intervención de Rachel evita que León le machaque el cerebro; y Roy directamente le supera. Algunos puristas objetaran que Deckard puede ser de un modelo diferente e inferior al de Roy y compañía, pero en ese caso, ¿qué sentido tiene enviar a un solo Blade Runner a por otros replicantes superiores a él en todos los aspectos?
En cualquier caso, todo esto no dejan de ser reflexiones personales, si Scott lo afirma, su palabra va a misa, aunque que quieren, a mi me gustaba imaginarme a Deckard y Rachel viviendo felices es su paradisiaco retiro lejos de aquella sucia y oscura urbe donde todos los crímenes y vicios parecen posibles (futuro que, por cierto, también les niega el escritor K. W. Jetter en sus secuelas noveladas del filme: El límite de lo humano (1996) y La noche de los replicantes (1996), ambas publicadas en su momento por Martínez Roca). Esta claro que los finales oscuros tienen más impacto que los felices, y en el caso de esta película en concreto, más todavía. Pendientes de ver la nueva edición de aniversario, y comprobar en persona que novedades aporta (o mutila) a la historia, me gustaría sentarme a disfrutar de nuevo con la cinta original de 1982, arropado por la banda sonora de Vángelis (de la cual, por cierto, existen tantas versiones "oficiales" y "alternativas" como de la película) y paladeando de nuevo las palabras finaldes de Roy / Hauer en el tejado: "Yo he visto cosas que vosotros no podríais imaginar. Naves de ataque en llamas cerca de Orión. Rayos C brillando a través de la puerta de Tanhauser. Y todos esos momentos se perderán, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Simplemente insuperable.
Comentarios
Es cierto la frase con la que acabas el comentario resume mi recuerdo de la película.