El Punto de Vista del Observador 4
Recién acabo de asistir esta tarde a la segunda jornada de la VIII edición de Peor... Imposible! Conducida, un año más, por el infatigable Chus Parrado. Hoy, en concreto, tocaba una impresentable coproducción italo-hispana-alemana titulada Anónima de asesinos que ha hecho las delicias del numeroso público asistente por lo divertido de sus diálogos y situaciones. A mi pareja, familia y muchos de mis amigos les resulta chocante esta afición mía a la serie Z, pero que quieren, a mi estos ciclos de cine organizados por Parrado me traen recuerdos del cine de mi infancia, el de antes, cuando las entradas costaban menos de 2 euros y las butacas eran más incómodas que sentarse en la grava de una cantera. Hoy en día, que los cines modernos son multisalas de diseño y vienen incorporados de serie a los centros comerciales, las entradas pueden sacarse por Internet y las acomodadoras son bellas jovencitas en minifalda en vez de un tío gordo con linterna pues que quieren que les diga, las películas se verán mucho mejor y más cómodamente, pero se ha perdido algo de ese encanto kisch y retro de los setenta y parte de los ochenta.
Cuando servidor era más joven no existían los multicines (los primeros que conocí fueron los Albeniz, y sólo tenían dos salas), en su lugar teníamos salas de proyección en edificios históricos de fachada fastuosa y nombres tan sonoros y elegantes como el Arango, Goya, Hernán Cortés, Jovellanos, Mª Cristina o Robledo. Junto a la entrada solían tener un panel donde exponían diversos fotogramas de la película en exhibición para estimular la imaginación del respetable (a mi en concreto me gustaba imaginarme como sería el filme a partir de esas escenas aisladas). La taquilla no era de diseño, y la taquillera no era una jovencita modelo, sino una respetable señora que solía abrir su bunker una hora antes de cada sesión para vender las entradas. Entonces no había la opción de sacarlas por Internet o en cajeros, y eran siempre numeradas, así que si no querías acabar en la fila uno o 21 no quedaba más remedio que ir a hacer cola delante de la taquilla mucho antes de que la abrieran. Recuerdo que para el estreno de Batman lo echamos a suertes y al pobre Toño le tocó ponerse a coger sitio a las ocho de la mañana... ¡Y ni siquiera era el primero!
Una vez dentro un acomodador (bastante borde por lo usual) te acompañaba siempre hasta tu fila y si la proyección ya había empezado hasta te iluminaba las butacas hasta que te sentabas. No como ahora, que el acomodador es un jovencito imberbe que se limita a cogerte la entradas y repetirte “Fila tal, asientos X e Y”. ¿Qué pasa, que piensa que somos imbeciles y no sabemos leer, que tenemos algún problema con los números, o con la distribución de la sala?
Por cierto que en los cines de antes no había palomitas, en cambio siempre podías comprarte patatas fritas y toda clase de chocolatinas variadas. Incluso había quien se llevaba los tupperware y las fiambreras con empanada y bocatas de tortilla para ventilárselos a oscuras (muchas veces les detectabas por el olor). Respecto a las butacas, no eran anatómicas ni de diseño, sino pequeñas, estrechas e incómodas, y si el tío de adelante era demasiado alto o le cortabas la cabeza o te estirabas más todavía para poder ver la pantalla.
Por aquella época se alternaban películas de estreno absoluto (me acuerdo de Mad Max y todas sus secuelas e imitaciones posteriores) con reestrenos de viejos clásicos que curiosamente solían funcionar bastante bien en taquilla, tipo Lo que el viento se llevó. No deja de resultar curioso que en aquella época en que las 2 cadenas de TV no emitían más que películas del año de la pera se reestrenasen viejos clásicos, y en cambio hoy en día que no ves en ninguna cadena un filme con más de 10 años de antigüedad tan sólo Lucas se anime a reestrenar las tres mismas películas hasta la saciedad. Si, ya sé, me dirán que la nostalgia me ciega y que eso de cualquier tiempo pasado fue mejor sólo funciona con los Alcántara, pero que quieren, era nuestro cine, con él crecimos, y cuando hoy en día paso por delante del Arango y lo veo reconvertido en una Corporación Dermoestética, el Hernán Cortés en un casino y el Robledo en un McDonalds hay algo dentro de mi que se rebela contra el inexorable paso del tiempo. Quizás es que, parafraseando a Nino Ortea, ahora que soy viejo no puedo evitar sentirme nostálgico, como cuando era joven.
Comentarios
Para mi los mejores recuerdos están ligados a los antiguos cines Pumarín (qúe sesiones las de los sabados y domingos por la tarde), Goya y Fa, donde tuve el privliegio de ver todas las pelis de chinos que se estrenaron en la época. Saludos, jose manuel.
Te has olvidado a los Hollywood, cuyo hueco ahora alberga un Alimerka.
He de decir que la mayoría de esos cines gijoneses no los he "catado", pero un cine es un cine... y da pena.
Hola a ti también, Iván, ayer casi coincidimos en el Peor Imposible... No me he olvidado de los Hollywood, es que son más recientes que el resto de cines que rememoro, pero si es verdad que fueron los grandes "multicines" de Gijón durante muchos años. Yo además los frecuenté mucho porque me quedaban al lado de casa, ahí me vi "El retorno del Jedi", "Robocop", "Depredador" y otras grandes películas... Sic transit gloria mundi.
Un saludo a todos.
Ir al cine era una mierda y ahora, pues sigue siendo una mierda.
Viva el DVD y la mulita!
Lo que pasa es que sois una pandilla de abuelitas! Si ya os veo hablando de la guerra civil!
G M F
Por cierto, el otro día me puse a pensar sobre las fechas de cierre de los cines de Gijón, encontré algunas, pero no estoy seguro de que estén bien. Si alguien se acuerda a ver si me lo puede enviar por correo electrónico.
Las fechas que yo tengo son (no cuento al Goya):
1985- cierra el Hernán Cortés
29-12-87 - El Jovellanos (como cine, ojo)
17-06-91 - el Robledo
01-02-93 - Mª Cristina
30-12-99 - Arango
Pues nada más. Ya sería mucho pedir saber las últimas películas de cada cine :S
Un saludo cordial.
¡Ups! Se me olvidaba mi correo para que, si hay suerte, me refresqueis la memoria :D
pitufodelbosque@hotmail.com
Esta foto me ha dado pena porque hoy pasé delante del teatro arango y vi en la parte superior "corporación dermoestética".
Tengo muy buenos recuerdos de este teatro y no me hago a la idea de otro contenido comercial...