De secuelas desde el más allá, y otras historias de interés comercial

El pasado 27 de agosto de 2015 se ponía a la venta la nueva entrega de la saga Millennium, Lo que no te mata te hace más fuerte, escrita para la ocasión por un casi desconocido autor llamado David Lagercrantz, que apenas contaba con un par de títulos previos en su haber, uno de ellos una biografía de un afamado jugador de fútbol. Se da la curiosa circunstancia de que, a su muerte, Larsson dejó en manos de su pareja unas 200 páginas escritas de lo que habría de ser Millennium 4. Sin embargo, por una falta de acuerdo, sus herederos legales han preferido hacer borrón y cuenta nueva, y encargar - como decíamos - una historia completamente original, aunque en linea con las tres primeras novelas. El tiempo les dará (o no) la razón, aunque de momento el experimento haya servido para reabrir el debate acerca de la conveniencia de continuar ciertas tramas más allá de la muerte de su autor, sobre todo cuando la tarea recae en un escritor tan desconocido para el gran público como el antedicho Lagercrantz.
En realidad, este fenómeno es mucho más habitual de lo que la gente cree, desde las supuestas "colaboraciones" póstumas de Lovecraft con Derleth y otros autores de su círculo, al trabajo que Lin Carter y Sprague de Camp realizaron con la obra de Robert E. Howard, completando relatos, escribiendo otros nuevos, y modificando algunos ya existentes para que encajasen mejor en una supuesta cronología del personaje. Conan es, de hecho, uno de los personajes más explotados en este sentido, ya que desde la muerte de su creador han protagonizado no menos de 50 nuevas novelas, con aventuras inéditas, algunas de ellas firmadas por escritores del calibre de Poul Anderson y Karl Edward Wagner, además de otros autores más vinculados al personaje, como el propio Sprague de Camp. Otro caso arquetípico es el de James Bond, cuyas misiones, tras la muerte de Fleming, han sido continuadas por Kingsley Amis (como Robert Markham), Christopher Wood, John Gardner, Raymond Benson, Sebastian Faulks, Jeffery Deaver, William Boyd y Anthony Horowitz entre otros (eso sin contar parodias, biografías no autorizadas o guiones de comic, entre otros medios). Por no hablar de los innumerables pastiches y relatos apócrifos de Sherlock Holmes, atribuidos a la pluma de Watson, Conan Doyle, u otros autores. Como vemos, la gallina de los huevos de oro se resiste a morir.


Hasta aquí, me podrán decir, tiene un pase. La mayoría de las nuevas aventuras de Conan, de Bond o de Holmes, son autoconclusivas, apenas hacen referencia a historias anteriores, e incluso en ocasiones se ha “actualizado” sutilmente al personaje para adaptarlo a los nuevos tiempos, como es el caso del agente 007 que por el camino ha dejado de fumar, cambiado varias veces de coche y se ha vuelto más sensible en sus relaciones con las mujeres. O la revisión del mito del detective de Baker Street que han supuesto Sherlock y Elementary, respectivamente. Pero ¿qué pasa cuando hablamos no de un personaje, sino de una serie limitada y más o menos autoconclusiva como podrían ser la saga de la Torre Oscura de Stephen King, o la célebre Juego de Tronos de George R. R. Martin? ¿Se imaginan que King hubiese muerto antes de terminar la serie? ¿O que el propio Martin fallezca antes de concluir su obra magna? (Que los fans de estos dos grandes autores no me lo tengan en cuenta, no es ningún deseo, sino tan sólo una reflexión hecha desde el respeto y sin mala intención. Gracias por su comprensión, y disculpen). Dicen que Martin ha previsto la eventualidad pero, si no fuese así ¿alguien tiene la menor duda de que desde la editorial se acabaría contratando a algún otro escritor para que se encargase de la tarea? De hecho, no faltan ejemplos, como el trabajo conjunto entre Kevin J. Anderson y Brian Herbert (hijo de Frank Herbert) para concluir la historia comenzada en Dune (1965) y que quedó en su momento inconclusa tras Casa Capitular Dune (1985), y ya de paso ampliar el rico universo creado por este autor con nuevas precuelas y trilogías. O en una linea similar, la ardua tarea de Christopher Tolkien recuperando el legado de su padre para ofrecerselo (previo pago) a las nuevas generaciones de lectores. De hecho, Tolkien hace tiempo que ha logrado el milagro de publicar más libros después de muerto que en vida.


De nuevo, ambos ejemplos tienen un pase, ya que al fin y al cabo, todo queda en familia, y quién mejor que Brian Herbert o Christopher Tolkien para continuar la obra de sus ilustres progenitores. Sin embargo, no faltan casos en los que se apuesta por todo lo contrario, como el que comentábamos al principio de este artículo, a propósito de Millennium 4. Y un servidor no hace más que preguntarse: Y si un día se solventasen los problemas legales, y la pareja sentimental de Larsson contratase a su vez a un autor para que escribiese un nuevo libro a partir de las notas dejadas por este a su muerte, ¿cuál sería el auténtico Millenniun 4, ese o este que ahora luce en nuestras librerías firmado por David Lagercrantz? ¿Y si ambas historias son completamente divergentes, cuál sería la oficial, la autorizada por sus herederos, o la escrita a partir de su puño y letra? ¿Y cuál sería el destino que Larsson tenía previsto para sus protagonistas? Preguntas estas para las que muy probablemente nunca tengamos respuesta, así que los admiradores de Lisbeth Salander tendremos que conformarnos con esta Lo que no te mata te hace más fuerte y consolarnos pensando que, después de todo, en lo que a los escritores se refiere, si hay vida después de la muerte.

Comentarios

Akira Loser ha dicho que…
Me aparecido muy interesante, el articulo, sobre todo el final sobre las dudas de cual sería la novela original . Un Saludo.
Akira Loser ha dicho que…
Interesante articulo, sobre quien debe continuar las sagas, y interesante reflexión sobre cual sería la verdadera obra de Milennium. Un saludo
Elwin Álvarez Fuentes ha dicho que…
Has abordado un tema muy interesante, mi estimado colega bloguero, puesto que a los lectores como nosotros, nos es caro por el mismo hecho de negarnos a saber más sobre nuestros personajes favoritos. En la lista que aquí incluyes, me permito mencionar lo hecho con la llamada "Nueva Trilogia de Fundación" sobre el universo ficcional del Buen Doctor Asimov, llevada a cabo por Ben Bova, Brian Benford y... (el otro siempre se me olvida), tres autores que por su propia fama y talento se merecían continuar con esta querida saga. Por otro lado en el mundo de la fantasía, la muerte de Robert Jordan fue bastante llorada, puesto que dejó inconcluso un tomo de su extensa saga de "La Rueda del Tiempo", la que fue terminada por un escritor aún mucho más virtuoso que el propio fallecido: Brandon Sanderson y quien se supone hará más libros al respecto. Y volviendo más atrás en el tiempo, un indiscutido maestro como lo fue Robert Bloch, terminó el relato inconcluso "El faro" de Poe.
Alejandro Caveda ha dicho que…
En efecto, hay una cierta tradición al respecto, amigo Elwin, pero lo que antaño era un homenaje respetuoso a un autor o su obra ahora ha devenido en una forma de seguir explotando la gallina de los huevos de oro hasta el infinito y más allá, o mientras los lectores respondan. Conozco muchos de los ejemplos que mencionas, y como tú me permito añadir otro que me dejé en el tintero, como son las secuelas noveladas de filmes clásicos como "Casabalnca" o "Lo que el viento se llevó", por poner un par de ejemplos.

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