Robert Sheckley: In Memoriam 1

El día 9 del presente mes nos dejaba Robert Sheckley, víctima de una larga enfermedad que arrastraba desde principios de este verano, cuando tuvo que ser hospitalizado durante una visita a un certamen de CF en Ucrania.

Con él se va uno de los grandes, uno de los últimos supervivientes de la época dorada del género y de una forma de entender y escribir la CF que cada vez cuenta, por desgracia, con menos seguidores.

Ya en su momento, con motivo de su enfermedad, la organización de la Semana Negra de Gijón decidió publicar un librito reeditando uno de sus relatos más conocidos (“Ciudadano de la galaxia”) para ponerlo a la venta al simbólico precio de un euro y contribuir de esta manera a paliar la penosa situación económica y de salud de un autor que tan grato recuerdo nos había dejado durante su previa estancia entre nosotros algunos años atrás. Por desgracia no ha podido ser, aunque no por ello la iniciativa resulta menos loable.

Me gustaría dedicar, pues, esta y las próximas entradas a reproducir un artículo que Ángel de la Calle y Rubén Paniceres (un afectuoso saludo a ambos desde aquí) me hicieron el honor de encargarme este pasado mes de julio para el A Quemarropa, el diario oficial de la Semana Negra, y que por lo que se puede que sea lo último que se ha escrito sobre este autor en castellano hasta el momento presente. Fue un gran honor para mí poder rendirle ese pequeño homenaje, sensación que quiero compartir ahora con todos ustedes, en especial con quienes en su momento no pudieron leerlo.

Robert Sheckley o el espíritu irreverente de la ciencia-ficción

Robert Sheckley nació en Brooklyn, Nueva York, aunque se crió en New Jersey. Desde muy joven se sintió atraído por lo que él definía como “literatura escapista”, y en concreto por la obra de autores como Ray Bradbury, Theodore Sturgeon y Henry Kuttner. Tras servir en el ejército americano en Corea entre 1946-48, estudió en la Universidad de Nueva York, empezando a continuación su carrera como escritor profesional de ciencia-ficción.

A partir de 1951 comienza a producir docenas de excelentes relatos, publicados en algunas de las revistas más prestigiosas del género, como Amazing, Astounding, If, Fantasy and Science Fiction y Playboy. En 1958 publica su primera novela, Immortality Inc., a la que seguirían títulos imprescindibles como The Status Civilization (Mañana Será Así, 1960); Journey beyond Tomorrow (Los Viajes de Joenes, 1962); The Tenth Victim (La Décima Víctima, 1965); Mindswap (Trueque Mental, 1966); Dimension of Miracles (Dimensión de Milagros, 1968) o Dramocles (1983), entre otros; aunque para muchos el talento de Sheckley se concentra en su esencia más pura en su obra corta, recopilada en antologías como Citizen in Space (Ciudadano del Espacio, 1955); Pilgrimage to Earth (Peregrinación a la Tierra, 1957) o Notions: Unlimited (Paraíso II, 1960).

Durante los setenta vivió durante una temporada en la isla española de Ibiza, hasta que regreso a los USA para convertirse en el nuevo editor del magazine Omni, cargo en el que permaneció durante dos años. Ya en los ochenta, retomó su serie de la “Décima Víctima” con nuevas entregas como Victim Prime (1987) o Hunter/Victim (1988). Durante los noventa su producción alternó entre las novelas de misterio protagonizadas por el detective Hob Draconian y sus colaboraciones con otros escritores, como Harry Harrison (en la serie protagonizada por Bill, el héroe galáctico, publicada en España por Grijalbo) y Roger Zelazny, o franquicias del estilo de Aliens (The Alien Harvest, 1995); Star Trek (Deep Space Nine: The Laertian Gamble, 1995) o Babylon 5 (A Call to Arms, 1999).

En la actualidad, Sheckley continúa viviendo – y trabajando – en su residencia en Pórtland, Oregon, y alterna su tiempo entre escribir nuevas historias, artículos o introducciones, y asistir a convenciones de ciencia-ficción. En sus últimos trabajos el autor parece reivindicar con nostalgia los convencionalismos y clichés del género pulp que él mismo subvirtió de forma brillante en su juventud. En el 2002 lo mejor de su producción fue recopilada en el volumen Ómnibus Dimensions of Sheckley. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas y es especialmente popular en países como Italia, Alemania, Polonia o España. Irónicamente, su obra era muy apreciada en la extinta URSS, donde se vendieron miles de ejemplares de sus novelas y antologías, pero dado que el régimen soviético nunca suscribió los acuerdos internacionales sobre derechos de autor, Sheckley no vio un dólar por ello.

(Continuará...)

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